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PENÉLOPE Y BONO, PROTAGÓNICOS DE FINAL DE SAN SEBASTIÁN. “PACIFICADO” DE BRASIL, TRIUNFADORA.

Oscar Rodríguez Gómez con info en directo de ElPais.
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Por fin terminaron dos semanas de sufrimiento de un Jurado presidido por Neil Jordan en la sección Oficial del Festival de San Sebastián, bastante desangelada, con comentarios no muy positivos emitidos desde el jurado. Tampoco el glamour ha salvado el certamen, que en cambio ha dejado para la historia una escena muy poderosa: la de Penélope Cruz recibiendo su premio Donostia de manos del músico de Rock Bono.

 

La película brasileña “Pacificado” dirigida por el estadounidense Paxton Winters, ha sido la gran vencedora del festival número 67 de San Sebastián. A través de su inmersión en la violencia de las favelas de Río de Janeiro en los días posteriores en los Juegos Olímpicos de 2016, el drama ha ganado la Concha de Oro, el galardón al mejor actor, para Bukassa Kabengele, y para la mejor fotografía.

 

 Kabengele encarna a Jaca, un hombre recién salido de la cárcel que intenta

recuperar la relación con su hija adolescente en mitad de un campo de

batalla urbano. Los habitantes de la favela esperan que Jaca lidere de nuevo

la lucha, pero él ya es un hombre pacificado, que desea alejarse de la

violencia criminal.

 

Pero parece que esta vuelta a cintas ganadoras por su crudeza social poco le

importa a público e invitados, ya que, amén de los conmovedores discursos

de Costa-Gavras y Donnie Sutherland, lo más destacado fue otorgar uno de

los Donostia más jóvenes de la historia. Pero dárselo a Penélope Cruz es

irrefutable. Por currículo, por galardones, por buenísima, por resultados

artísticos e incluso por sus apariciones públicas, bien por causas sociales o,

como el viernes en San Sebastián, por un premio: la actriz iba de blanco impoluto, luciendo y enorgulleciéndose de sus 45 años, tanto en la jornada matinal como en la gala nocturna.

 

Por la noche, la madrileña recibió sorprendida y muy emocionada el Donostia de mano del cantante Bono, de U2, uno de sus mejores amigos. El músico apareció de improviso por una lateral a la fila de butacas —tras asegurar José Luis Rebordinos, director del certamen, que él no iba a ser quien lo entregara— y subió al escenario entre lágrimas de la actriz.

 

El irlandés dijo en stage: "La vida de Penélope en la pantalla me fascina porque trata del drama de la familia. Los artistas como nosotros, como yo, nos perdemos en nosotros mismos. Penélope se pierde en los demás. Por eso nos perdemos en ella". Ya con el trofeo en la mano, la actriz confesó que se habían cumplido sus dos sueños de la niñez: ser madre y ganarse la vida con la interpretación. Dedicó el galardón a sus dos hijos, a su pareja, Javier Bardem —"Mi marido, que también estaba incluido en el sueño"—; recordó a todos los directores con los que ha colaborado, Bigas Luna, Pedro Almodóvar y Fernando Trueba, y remató su discurso subrayando la lacra de la violencia machista.

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"En lo que llevamos del año ya van 44 mujeres asesinadas por violencia de género y desde 2003, las víctimas mortales son más de mil solo en nuestro país (España). ¿Cuántas serán en el mundo? Cuando una mujer encuentre la fuerza gigantesca que se necesita para contar lo que se vive en una situación así, espero que la escuchen a la primera y no cuando ya sea demasiado tarde", concluyó.

 

Previamente, por la mañana, Penélope Cruz había empezado su encuentro con la prensa reflexionando sobre el cine: "Me ha enseñado mucho sobre mí misma. He crecido en el cine. Empecé a trabajar con 14 años, y rodé “Jamón, jamón” con 18. En el cine he aprendido sobre el comportamiento humano, algo que me fascina porque el ser humano y sus motivaciones no tienen fondo. Eso me fascina en la interpretación. Yo jugaba de pequeña mucho sola a interpretar, lo que me obligaba a explorar dentro de mí. El ego no tiene cabida en la preparación de un personaje". Y ahondó: "Creces porque te hace tener empatía y comprensión por todos tus personajes, y eso que con algunos de ellos ni me tomaría a priori un café en la vida real".

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Cuestionada sobre su vida en España con su talla cosmopolita, la diva afirma: "Paso bastante más tiempo ahora aquí que allí. Hace años ocurrió al revés. Hoy soy madre y miro mucho dónde ruedo, y encajo los horarios. Aún me doy de vez en cuando una vuelta por la calle de mi infancia, e impresiona. Recordando mi viaje a Hollywood, mi historia nunca fue la de coger una maleta y un billete sin vuelta. Eso me hubiera dado más miedo. Por eso, fui más tranquila aquella primera vez a rodar con Stephen Frears “The Hi-lo country”.

 

“Durante los primeros cinco años, pasó así. Nunca quise renunciar a rodar aquí o en el resto de Europa, en Francia o Italia", continúa. Cuando José Luis Rebordinos la llamó para anunciarle la concesión del premio Donostia, ella le preguntó si era el momento, por su juventud. "Como soy una ‘chica Almodóvar’ pensé que algo malo ocurriría después. Ya he hecho el trabajo de aceptación del premio", remató entre risas.

 

Respecto a los realizadores de los cuales recibió su impulso, Penélope exulta: "A Pedro (Almodóvar) le leo la mente casi desde el primer día que le conocí. A Bigas Luna le echo mucho de menos, más aún en días como hoy. Nos dio la primera oportunidad a Javier (Bardem) y a mí. No nos pudimos despedir de él, porque mantuvo en secreto su enfermedad, decisión que respeto. Y Fernando Trueba es también un cineasta muy importante en mi vida. Recordad que ‘Belle Epoque’ llegó justo después de ‘Jamón jamón".

 

En el futuro de la ganadora del Oscar por “Vicky Cristina Barcelona”, de

Woody Allen, siempre ha estado la dirección. "La primera vez que verbalicé

que quería dirigir fue con Almodóvar. Se lo dije en el bar Gloria. Y me

respondió que lo hiciera en ese momento, cuando era joven. Hoy tengo 45

años y sigo pensando en ello. No he tenido tiempo para ello, una buena

señal, ¿no?".

 

Al igual que en muy pocas tenistas o rockeras -casi siempre hijas de

deportistas o actores o directores o cantantes o compositores- en casa de la

actriz no había referentes similares artísticos. "Cuando conté que quería ser

actriz, les sonó igual que si hubiera dicho que deseaba ser astronauta.

Agradezco que nadie se riera de mí", contó con cierta emoción. "En el cine he

encontrado amigos como Goya Toledo, Salma Hayek y ahora Edgar Ramírez. Por decir algunos. Creas enlaces tan intensos en los rodajes que cuando se acabó el de “Jamón jamón”, el primero, me hundí. Pensé que a lo mejor nunca repetiría, y Bigas Luna me espetó: 'Tranquila'. Gracias a Dios, así ha sido", comentó sobre sus compañeros de viaje.

 

 A continuación, explicó: "Nosotros estamos para servir una historia y un personaje. Nunca me ha atraído repetir roles o encarnar a alguien similar a mí. En el distanciamiento de ti mismo es cuando vuelas".

 

Dentro de su familia vivió los valores "del trabajo". Y lo subrayó: "Es que es lo que vi en mi casa. Empecé a trabajar joven y a la vez venía de mucho ballet clásico, que me imprimió una actitud casi militar en lo laboral. Ahora que vivo de ello, mi manera de agradecérselo a la vida es volcarme en cada rodaje, intentar dar el máximo. Luego las cosas salen bien o mal".

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Pero Penélope no fue a San Sebastián a lucirse (no lo puede evitar). Su presencia en el festival fue por la presentación de “La red avispa”, donde encarna a Olga Salanueva, esposa de uno de los espías que formaron parte de la trama de espionaje cubano que en los años noventa se infiltró en las asociaciones anticastristas de Miami. Agrupaciones que planearon —y ejecutaron— atentados terroristas en La Habana.


Dirigida por Olivier Assayas, en el reparto están además de mamita Cruz, Gael García Bernal, Edgar Ramírez (marido del personaje de Cruz), Leonardo Sbaraglia, Wagner Moura y Ana de Armas, la actriz cubana más hermosa del momento, a sus 30 añitos, claro. La película ya participó en la pasada edición

del festival de Venecia. "Ha sido el acento más difícil de lograr de mi carrera", confesó ante la prensa.

 

Penélope Cruz tiene en su vitral el Oscar, otras dos candidaturas a la estatuilla de Hollywood, el César de Honor, tres Goyas, un Bafta y el premio a mejor interpretación femenina de Cannes —compartido con sus compañeras de reparto en “Volver”, de Almodóvar — y se ha convertido en la segunda española en recibir el Donostia, tras Carmen Maura, desde que el galardón empezó a entregarse en 1986. Y es la quinta intérprete española en recibirlo, tras Fernando Fernán Gómez (1999), Paco Rabal (2001), Antonio Banderas (2008) y Carmen Maura (2013).

 

La madrileña ha participado en San Sebastián en tres ocasiones en la Sección Oficial con “Todo es mentira” (1994), “Volavérunt” (1999) y la italiana “Volver a nacer” (2012). En 2017 Cruz visitó el certamen para presentar “Loving Pablo”  junto a Javier Bardem y el director Fernando León de Aranoa, en una multitudinaria proyección —más de 3.000 personas— en el Velódromo de Anoeta.

LA TRIUNFADORA

 

“Pacificado” está producida, entre otros, por Darren Aronofsky (“Pi”, “El cisne

negro”, “Noé”, “¡Madre!”) y dirigida por Paxton Winters, un periodista que vivió

siete años en Morro dos Prazeres, una de las cerca de mil favelas que hay en

Río de Janeiro, donde ha filmado su thriller, que ha salpicado de algunas

imágenes documentales de tiroteos.

 

Esas secuencias, rodadas por el equipo de Winters, muestran los

enfrentamientos entre los miembros del BOPE (Batallón de Operaciones

Policiales Especiales) y la gente armada de las favelas, y dan aún más

verosimilitud a una película cargada, por otra parte, de verdad y firmeza.

Según declara, Winters deseaba retratar "el sacrificio que supone escapar de

la violencia y al mismo tiempo mantener el honor y la integridad" de su

protagonista en ese contexto. "Mi papel sobre todo ha consistido en escuchar, observar, hacer preguntas. Yo soy solo el canal. La película es de ellos", se reafirmaba en el escenario Winters, que conectó desde su celular con los habitantes-actores de la favela Morro dos Prazeres.

 

 Kabengele, el actor y cantante de origen congoleño, que lleva en la interpretación desde 2003, recordó días antes: "Un 54% de la población brasileña es negra, y la mortalidad alcanza unas cifras que asustan. Son personas que solo aparecen en los medios cuando se habla de criminalidad. Lo grande de “Pacificado” es que tiene el valor de centrarse en las relaciones humanas y no en los tiros y explosiones". No estuvo en la ceremonia y en su nombre se leyó un mensaje que volvía a recordar esta desigualdad. Es la primera vez que Brasil gana la Concha de Oro, y también la primera vez que una directora de fotografía, Laura Merians, gana en su apartado.

 

 

PREMIOS DEL FESTIVAL SAN SEBASTIÁN.

 

  • Concha de Oro: Pacificado, de Paxton Winters.

  • Premio Especial del Jurado: Próxima, de Alice Winocour.

  • Concha de Plata a la mejor dirección: A. Arregi, J. Garaño y J. M. Goenaga por La trinchera infinita.

  • Concha de Plata a la mejor actriz: ex aequo Greta Fernández, por La hija de un ladrón y Nina Hoss, por The Audition.

  • Concha de Plata al mejor actor: Bukassa Kabengele, por Pacificado.

  • Mejor guion: Luiso Berdejo y Jose Mari Goenaga, por La trinchera infinita.

  • Mejor fotografía: Laura Merians, por Pacificado.

  • Premio Nuevos Directores: Algunas bestias, de Jorge Riquelme Serrano .

  • Mejor película de Horizontes Latinos: De nuevo otra vez, de Romina Paula..

  • Premio Zabaltegi – Tabakalera: Ich War Zuhause, aber, de Angela Schanelec.

  • Premio del Público: Especiales, de Olivier Nakache y Éric Toledano.

  • Premio de la Juventud: Las buenas intenciones, de Ana García Blaya.

  • Premio FIPRESCI: La trinchera infinita

  • Premio LA OTRA MIRADA a La ola de Juan Solanas.

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