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MOTHRA, LA BONDADOSA NOVIA DE GODZILLA, Y EL PROYECTO MONARCA.

Oscar Rodríguez Gómez
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Michael Dougherty había hecho películas interesantes tratando de jugar con los límites del terror en “Trick or Treat” (2007) y “Krampus” (2015). La herencia de Gareth Edwards -realizador de “Godzilla” (2014)-, era un certero homenaje al creador del monstruo, Ishiro Honda, y a la productora japonesa Toho en los años cincuenta y sesenta del siglo XX. El elenco y el presupuesto daban para mucho. Pero nada puede salvar a una película de un meollo dramático mediocre y de un guión terriblemente escrito.

 

El espectáculo de round robin de monstruos, el hermoso diseño, la fotografía en claroscuros, el avasallante soundtrack de Bear McCreary, no bastan para la malita construcción del film. Ver a Mothra esparcir sus alas, ensordecerte con el sonic boom de Rodan, impresionarse y santiguarse ante la breve toma de Ghidorah sobre el volcán con una enorme cruz cristiana en primer plano, ver qué Godzilla tiene nuevos poderes, son cosas que fácil pueden hacer amar “Godzilla II”, pero resulta que no es posible. Los productores desecharon lo que hizo Gareth Edwards para hacer franquicia. Y lograron destruir, de nuevo, bajo el peso necio del dinero, algo que pudo ser hermoso.

 

Y es que tanto el Godzilla de 2014, como el Kong de “Isla

Calavera”, hasta llegar a la segunda entrega del monstruo

nuclear, no es más que la presentación ENCUBIERTA al

público de la hegemonía del real, tangible e investigable

auténtico Proyecto Monarca, heredero del MK Ultra,

generado por la CIA en los años sesenta del siglo XX. Un

potente sistema de control mental basado en un método

científico para poder ser aplicado en masa.

 

Considerados en los films como “dioses”, los monstruos

responden a una lógica arquetípica. Los Antiguos de la

Civilización (Fenicios, Egipcios, Babilonios, Cananitas…)

aprendieron, seguramente de los seres adorados como

Dioses, que mediante experiencias traumáticas la mente

se protege fragmentando dicha información. Mediante este proceso la mente se disocia de sí misma y estos fragmentos pueden utilizarse para formar “personalidades estanque”, es decir, personalidades con identidad propia y distinta a las demás. Actualmente esta patología es conocida como Multiply Personality Disorder, MPD (Disturbio Múltiple de Personalidad).

 

En 1947, se constituyó el Tavistok Institute, organización no gubernamental sin ánimo de lucro aparente. Esta organización investiga el comportamiento sociológico, psicológico y psicoanalítico, la ciencia política y el comportamiento organizativo. Su sede está en Londres, donde se deciden las estrategias mundiales a seguir en todos los campos: político, financiero, social, religioso, etc. Ahí se aprendió como formar la OSS, hoy en día, la CIA. Actualmente Tavistok controla la mayor agencia de inteligencia del planeta, la británica MI6, y sus extensiones con el Mossad y el Deuxieme Bureau Francés. A pesar de tan solo ser una fundación “no gubernamental” y “sin ánimos de lucro”, anualmente maneja su red de fundaciones de 6 billones de dólares. Por ordenes del Tavistok, en 1952 la CIA inició el infame proyecto MK Ultra que engloba (todavía!!) alrededor de 150 proyectos, todos destinados al control mental.

 

MK Ultra hace referencia a Mind Kontrolle Ultra (Control Mental Ultra). Kontrolle viene del alemán en honor a la contribución aportada por los Nazis. El director de tal proyecto, Ewen Cameron, Presidente de la Asociación Psiquiátrica Americana, fue el psiquiatra en el tribunal Nuremberg. Él estuvo muchos años en Canadá aplicando las drogas, traumas y controles mentales a muchas víctimas. Parte del proyecto consistía en experimentar drogas tipo LSD y derivados de la mezcalina a poblaciones para experimentar los efectos.

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En estos experimentos se involucraron más de 185 científicos, 80 instituciones, prisiones, 44 colegios médicos y universidades, compañías farmacéuticas, hospitales y psiquiatras, con un total de 700 drogas experimentadas y sus correspondientes víctimas mortales. Un proyecto derivado fue el Monarch, cuyo objetivo, hablando llanamente, ES crear humanos robots. Debido a la gran cantidad de disociados creados, se utiliza el termino “monarch” a todo esclavo con control mental basado en el trauma.


En 1987 dos cantantes adolescentes,Tiffany de 16 y Debbie Gibson, de 17 años, llegaron al Top 5 de sencillos de la revista Billboard por primera vez. Por los éxitos alcanzados en sus primeros años de carrera,  los medios de

En estos experimentos se involucraron más de 185 científicos, 80 instituciones, prisiones, 44 colegios médicos y universidades, compañías farmacéuticas, hospitales y psiquiatras, con un total de 700 drogas experimentadas y sus correspondientes víctimas mortales. Un proyecto derivado fue el Monarch, cuyo objetivo, hablando llanamente, ES crear humanos robots. Debido a la gran cantidad de disociados creados, se utiliza el termino “monarch” a todo esclavo con control mental basado en el trauma.


En 1987 dos cantantes adolescentes,Tiffany de 16 y Debbie Gibson, de 17 años, llegaron al Top 5 de sencillos de la revista Billboard por primera vez. Por los éxitos alcanzados en sus primeros años de carrera,  los medios de

comunicación les dieron el título de "Reinas adolescentes del Pop". Tiffany logró su último top 40 con "Radio Romance" en 1988, mientras que Debbie Gibson con "Anything is possible" llegó por última vez al top 40 en 1990. Después de 3 de años sus carreras como cantantes no se consolidaron, fallaron en las expectativas de que fuera una de ellas la sucesora de la "Reina del Pop", pero Madonna seguía siendo la reina del Pop indiscutiblemente, sin que fallara ninguno de sus sencillos en llegar al Top 40 por 10 años seguidos.

 

Entre 1991 y 1992, fueron reclutadas en el club de Mickey Mouse dos niñas quienes más tarde se convertirían en las "Princesas del Pop": Christina Aguilera y Britney Spears. Como ya se sabe, el "Club de Mickey Mouse" era uno de los proyectos de Disney, una de las numerosas organizaciones con fines encubiertos que utilizan la programación "Monarca"  de control mental, que es una continuación del proyecto MK-ULTRA desarrollado por la CIA.

 

Siguiendo los patrones que defienden webs populares como Vigilant Citizen, el blog en español Divas MK Ultra o autores como David Icke, todo el imaginario pop mainstream vendría a ser un catálogo de símbolos con los que los hacedores de hegemonía se están riendo de la humanidad y buscando el reino de la amoralidad. Paris Hilton, Serena Williams, Beyonce y Katy Perry son las más recientes adquisiciones de Monarca.

 

Las divas Monarca exhiben su esclavitud bajo el símbolo de La Mariposa, ya sea en forma de tatuaje o como complemento, el chiste es que hacen referencia directa al Proyecto Mk-Ultra Monarca. Y por fin, en un planeta cuya red neuronal es cada vez más invadida por la digitalización de la existencia, Monarca ha decidido superar la “zona reptilica” (Carl Sagan dixit) y permitir la conversión del proyecto al mainstream Pop. Ya sin bellezas, sino con hermosos vestigios del inconsciente colectivo, este si, reptiliano. Por eso Mothra está tan bonita: es un insecto lepidoptero que de horrible larva pasa a lindo animalito volador, objeto de culto incluso hoy.

 

En su versión original de 1961, Mothra es un monstruo

antiguo, pero que a diferencia del primer Godzilla y de

Rodan (mitad pterodactilo, mitad Jet), no tiene ninguna

intención de destrucción. Mothra es muy feliz en el

ecosistema alterado de la isla ficticia de Infant, dedicado

a disfrutar de un par de homunculas cantarinas. Gracias a

pruebas nucleares de la nación de Roliscia (una versión

ficticia de Rusia), un nuevo mundo se ha creado en la isla;

un mundo en donde los humanos han mutado y en donde

reina, como diosa, Mothra. Cuando un magnate rapta a una

de sus pequeñas servidoras para exhibirlas en un circo,

Mothra se revela a la humanidad atacando Tokio. Pero

este “monstruo” nunca fue mal intencionado y, cuando

rescata a sus adeptas, regresa felizmente a casa. Mothra

es la ternura de una tierra rica y vasta.

 

En este sentido, “Godzilla II: King of the Monsters” mantiene el mismo esplendor visual de las primeras cintas y lo expande con sorpresa y amor por los enormes monstruos. Ese aspecto, solamente, mantiene a flote la película porque, como todas sus antecesoras, la parte humana es su terrible flaqueza. El drama, aquí, está solamente entre los dioses.

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