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PETER FONDA CABALGA: ¡PURA VIDA! PARTE II.

Oscar Rodríguez Gómez
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Además de su hermosa hija Bridget, Peter Fonda era padre de Justin, con su primera esposa, Susan Brewer. Sin embargo fue Bridget la que abueleó. Nacida en Los Ángeles el 27 de enero de 1964, fue criada por su madrastra tras la separación de sus padres cuando tenía 8 años. Nieta de Henry Fonda, hija de Peter, sobrina de Jane y ahijada de Larry Hagman, el famoso “J.R.” de Dallas, el primer blockbuster televisivo, Bridget Fonda llevaba el talento en sus venas y estaba destinada a seguir con la dinastía (como la de “Dallas”).

 

A los cinco años debutó como extra (una nena hippie) en la cinta de culto protagonizada y

escrita por su padre, “Easy Rider”. A los 18 años se matriculó en la Universidad de Nueva

York y combinaba sus estudios con las clases en el instituto de teatro y cine “Lee

Strasberg”. Se presentó a los castings para el papel protagonista de películas

representativas de los años ochenta: “La Laguna azul”, que terminó protagonizando Brooke

Shields; la Sarah Connor de “Terminator” que recaería en Linda Hamilton o la Sarah Tobias

de “Acusados” por la que se llevó el Oscar Jodie Foster.

 

Bridget tuvo que conformarse en sus inicios con aparecer en uno de los diez mini episodios

que formaban la película “Aria”, el de una libre adaptación a-go-go de “Tristán e Isolda”.

Deslumbrante en su juventud y sensualidad, fue dirigida por Franc Roddam (“Quadrophenia”

con The Who; “The bride”, con Sting), lo que le dio tablas para terminar los ochentas con e

l drama erótico “Escándalo” (El caso de Christine Keeler) acerca del caso Profumo, el

escándalo sexual que hizo tambalear los cimientos del Reino Unido en 1963. Por su trabajo

ahí como Mandy Rice-Davies, obtuvo una nominación a los Globos de Oro como mejor

actriz de reparto.

 

Con la llegada de los noventa, Bridget trabajó muchísimo y se convirtió en una cara conocida

para el público, aunque la primera imagen que se le recuerda en megapantalla es su espalda desnuda en la cama con Andy García: Francis Ford Coppola la contrató como una atractiva periodista en la tercera entrega de “El padrino” (1990). Sin embargo, su verdadero salto a la fama se lo proporcionó el thriller “Mujer blanca soltera busca...” (1992), de Barbet Schroeder, film que tuvo una gran acogida por parte del público y la crítica. Después de sufrir el acoso de su psicópata compañera de piso en la historia dirigida por Schroeder, Bridget decidió mostrar su lado más salvaje y duro en “La asesina”, de John Badham, en la piel de Maggie, una criminal drogadicta que esquiva la muerte convirtiéndose en una máquina de matar al servicio del Estado. Un simple remake de la insuperable “Nikita”, de Luc Besson.

 

El italiano Bernardo Bertolucci también la reclamó para formar parte de su “Pequeño Buda” (1993) con Keanu Reeves. Es la gringa típica, madre del primer candidato occidental a Dalai Lama . Bajo la batuta de Alan Parker se codeó con Anthony Hopkins en la comedia “El balneario de Battle Creek” (1994) y en la empalagosa “Te puede tocar a ti” era una camarera con la que el policía encarnado por Nicolas Cage compartía un premio de lotería. Bridget también participó en ’95 en la fábula de poder y corrupción “City Hall”, con Al Pacino y John Cusack.

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Además de “Mujer blanca soltera busca...” otro de los filmes que le otorgaron prestigio fue la “Jackie Brown” (1997), de Quentin Tarantino. Ahí la tercera Fonda enloquece a los hombres (comenzando por Robert de Niro, que no conforme con disfrutarla a gusto de ella, termina matándola de un tiro en la cara), como la California baby que todo el día fuma cannabis…y nunca se viste más allá del hootie y el sostén.

 

En 2003 sufrió un grave accidente de tráfico en Los Ángeles y un mes después contrajo matrimonio con Danny Elfman, originalmente rockero del New Wave en el grupo Oingo Boingo y hoy afamado creador de soundtracks. A raíz de entonces decidió emprender una vida nueva alejada de los focos para refugiarse en su familia. Su última aparición como actriz había sido un año antes en la fantástica “La reina de las nieves”. Bridget vio colmado su deseo de ser madre con el nacimiento de su hijo Oliver en 2005 y hoy parece que la actriz es feliz en su papel de esposa, madre y ama de casa y no tiene ninguna intención en regresar de nuevo al ajetreado ritmo de los sets de rodaje.

EL TRANQUILO CABALGANTE

 

En 1963, Peter Fonda inició su carrera cinematográfica con la insulsa “Tammy y el doctor” (1963), además de incorporarse al reparto de cameos del film de guerra “Los vencedores” (1963) de Carl Foreman. Poco después, Fonda inició lo que devendría una asociación célebre con el productor y director Roger Corman -fundador del cine “Clase B”-, protagonizando “Los ángeles salvajes” (Wild Angels, 1966), al lado de una cachondisima Nancy Sinatra cuyos encantos jamás la hicieron actriz (pese a papi Frank), donde Peter encarna al líder de sangre fría y  puño de acero de una pandilla violenta de motoristas.

 

Posteriormente, en 1967, fue protagonista del film psicodélico de Corman, “The Trip”, con Bruce Dern y Susan Strasberg. La primera película de la historia narrada en POV que expresa -en su actualidad-, una posible proyección de un viaje en LSD.

 

En uno de los años míticos del emplazamiento lisérgico en las costas de Califas, Roger Corman filmó “The Trip”, título sobre efectos del LSD que se centra en un personaje recién iniciado en la cultura del ácido. En rigor, se trata de una mezcla de alucinaciones e imágenes repletas de psicodelia, simbolismos fatuos (incluso con ecos bergmanianos) y secuencias oníricas, que simulan el viaje lisérgico de Peter Fonda pero que se ha quedado bastante

desfasado. El desquiciado guión, con rasgos surrealistas, lleva la firma de Jack Nicholson, y la

edición, pionera del videoclip, la de Ronald Sinclair.

 

 

The Trip, para el ojo condicionado, muestra aspectos culturales de la juventud de los años 60 y

presenta al grupo de rock Electric Flag, aquí apodados American Music Band, que debutaron

en la industria del disco con esta aceptable banda sonora. Para el ojo desnudo, se trata del

balbuceo de una veta fílmica poco explorada, la manifestación “en la vida real” del patín

alcalino en el cerebro.

 

El siguiente proyecto de Peter fue el film seminal antiestablishment de 1969, “Easy Rider”, que

produjo, coescribió y actuó obteniendo una nominación al Oscar por el mejor guión original. El

clásico “Busco mi destino” (mojigata traducción) es probablemente la película más exhibida en

los cineclubes universitarios de México.

 

Entrevistado al respecto en la Feria Internacional Cinematográfica de Guadalajara, México, el

crítico Gerardo Salcedo señaló que “Easy Rider” sea quizás la más entrañable exploración al espíritu de la rebeldía juvenil y que en muchos sentidos describe el fin de esa actitud de los chavos de los años 60. En México estuvo prohibida y darla a conocer fue un apostolado del cineclub universitario”, señaló.

 

“Es así que por todo esto Peter Fonda tiene un lugar en la historia del cine y en la historia del 68 y sus consecuencias. La película rebasa lo cinematográfico. El crítico Roger Ebert recuerda que cada vez que se exhibía en una universidad de Estados Unidos la gente la iba a ver, sabiendo que en cada proyección se vivía algo del espíritu del 68, con su dosis de rebeldía, mariguana y rock. Era curiosamente algo más que una simple proyección de cine, tenía algo de asamblea universitaria y de ánimo contestatario”, añadió Salcedo.

 

Para Gerardo la cinta forma parte de las vivencias de una generación. En ese sentido es historia del cine, pero también forma parte de una historia más amplia: la social, en cualquier parte que se le ubique. El entrevistado recuerda haberla visto en el auditorio de la Facultad de Filosofía de la UNAM, “y fue una fiesta la proyección”.

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ícono del cine independiente y recomendó a las nuevas generaciones redescubrir “Easy Rider” y disfrutar esa aventura cinematográfica.ícono del cine independiente y recomendó a las nuevas generaciones redescubrir “Easy Rider” y disfrutar esa aventura cinematográfica.

En su opinión, el efecto de la narrativa muestra la desilusión de los jóvenes al descubrir un país “violento e intolerante”. Pero la mirada que puede clavarse en el film es universal: “el espíritu de un estadounidense, de un mexicano, de un francés o de un español, y no se diga de los jóvenes checoslovacos, por mencionar algunas nacionalidades”.

 

Lamentó que por motivos de censura el cine mexicano nunca filmó nada parecido que seguramente hubiera despertado a aquellos que la hubieran visto.

 

Finalmente, el critico comentó que se le va a extrañar a Peter Fonda y este

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