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WIMBLEDON A FUTURO: UCRANIANA Y JAPONÉS, CAMPEONES DE JUNIORS. COLOMBIANOS, CAMPEONES DE DOBLES EN MAIN DRAW. RANKING MOVIDITO.

Oscar Rodríguez Gómez
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Aunque de sus cuadros saldrán en máximo un año las escuadras post-millennials, los torneos Junior, exclusivos de Grand Slams, reciben los mínimos reflectores. La ucraniana Daria Snigur, de 17 años y el japonés Shintaro Mochizuki, de apenas 16, se proclamaron campeones en sus sendas ramas de Wimbledon Junior 2019. En contraste, por la obviedad de que los dueños de la difusión de GS’s muestran de antaño su preferencia por el tenis de alpha males, el veintiunico triunfo latinoamericano en Londres fue el de dobles masculino.

 

La millenial Daria Snigur ha asombrado al mundo del tenis en este

Wimbledon Junior, al que puso el moño rosa con un excelso

rendimiento en la final. Se impuso por doble 64 a la

estadounidense Alexa Noel, después de haber sorprendido en

semifinales a una de las grandes favoritas al título, la también

norteamericana Emma Navarro. El tenis ucraniano sigue

ofreciendo nombres pletóricos de futuro. Ya superaron a las rusas

y habrá que ver si los problemas entre sus países se resuelven y

hagan el bloque eslavo más poderoso. Ahí están siempre las

checas y las bielorrusas.

 

En tanto son los portales más difundidos en lengua hispana, la información ahí construida se clavó en el chavito Carlos Gimeno, quien se quedó con la miel en los labios, a un solo paso de inscribir su nombre en la lista de campeones del tornero Junior de Wimbledon. El valenciano de 18 años y 1.90, se topó con el japonés Shintaro Mochizuki, que va para campeón, casi dos años menor que él (16) y 15 centímetros más bajo (1.75), pero con más rodaje en césped y juego mentalmente muy sólido para su edad. El nipón ganó por 63 y 62 en una hora. No en vano era el cabeza de serie número 8.

 

Con la bendición de la Macarena, Carlos Gimeno, que hizo un fantástico campeonato, estuvo cerca de reeditar los éxitos españoles de Manuel Orantes en 1967 y Alejandro Davidovich en 2017, pero quedará como finalista, igual que Javier Sánchez Vicario (1986) y Magüi Serna (1996). Y se llevó una gran ovación del público que llenó la cancha Uno al tiempo que posaba para unos cuantos fotógrafos como un profesional junto al ganador antes de dar juntos la vuelta al ruedo. “Un día inolvidable para él pese a la derrota” dicen en la web española.

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El primer set fue bastante desordenado, con seis quiebres, dos para Gimeno y tres para Mochizuki, que se adelantó con una forma muy inteligente de jugar, supliendo la falta de potencia de sus saques con ángulos que le permitían atacar con garantías con el segundo golpe; un revés curioso y recursos para cambiar el paso cuando le hacía falta. El juego del español fue algo más plano, muy confiado en su potente derecha y sufriendo para avanzar con el revés.


A Carlos le tocaba remontar, como en primera ronda, octavos y cuartos. Pero el partido se le puso muy cuesta arriba con otro quiebre del nipón para ponerse con 3-1 y saque. Ya había amenazado antes con la devolución y se adelantó tras sufrir para

sacar adelante su turno. Luego se marcó un juego en blanco (4-1). Máxima presión para Gimeno, que buscó el break y no lo encontró. Mochizuki, una roca pese a su edad, aguantó con su carácter bravo y se llevó la victoria.

 

CABAL Y FARAH, LOS PRIMEROS EN TODO DOBLES.

 

Júbilo en Colombia por Cabal y Farah, campeones doblistas de Wimbledon 2019, los que en cascada se convierten en la pareja número uno del mundo

y los primeros colombianos en ganar en Londres.

 

“Estamos aquí, es único. Ganamos Wimbledon, es increíble. Somos los número uno del mundo. Para Colombia esto es enorme, pero también tuvimos grandes cosas en el tenis con Fabiola Zuluaga hace unos años”, afirmó Juan Sebastián Cabal, quien junto a Robert Farah ganó la final de dobles de Wimbledon, siendo los primeros colombianos en obtener este título.

 

“Es un triunfo de muchos años de trabajo, sacrificio y

determinación y con un equipo soñado empujando todos los días

para superarme como persona y como tenista”, agregó Farah a

través de Instagram.

 

Los únicos latinos en el jet set tenístico, proclamaron su triunfo

sobre la pareja francesa de Nicolás Mahut y Edouard

Roger-Vasselin en cinco sets llevados al límite: 67 (5), 76 (5), 76 (6),

67 (5) y 63.

 

SE AMPLÍA LA BATALLA POR EL NÚMERO UNO WTA

 

Tras dos semanas repletas de sorpresas, decepciones por parte de

algunas favoritas y una montaña rusa de emociones y gran tenis, hay que consultar los cambios producidos en el ranking WTA. Todo lo que se haga sobre cancha tiene su eco en esa lista que eleva a los altares o hunde en los infiernos. No hay cambio en el número 1 del mundo de la insignificante Ashleigh Barty, pero la batalla por dicho honor se estrecha en margen y se amplía en candidatas, aunque hay otras cuestiones destacables tras Wimbledon 2019 para repensar.

 

Parece mentira que una mujer llamada a ganar el torneo (según PoB), pueda haberse ido satisfecha cayendo en octavos de final. Es lo que le ha ocurrido a una Barty que no solo se mantiene en lo más alto, sino que amplía su ventaja respecto a su más inmediata perseguidora: Naomi Osaka, caída en la primera ronda inglesa. Ya con seriedad y no como burras toca flauta, detrás de ellas Karolina Pliskova tampoco pudo aprovechar la oportunidad para aproximarse y ve cómo Simona Halep se coloca a apenas 122 puntos de su tercera plaza. La de la rumana es el gran avance de la semana en el top 10, marcado por la irrupción de Serena Williams en detrimento de Angelique Kerber, que cae hasta el escaño número 13. Tardó la bestia negra, pero se vengó de US Open a su manera.

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Y es que la controvertida afroamericana ya no disimula siquiera. De entrada alborotó a los medios con la ocurrencia de jugar dobles mixtos al lado de la piltrafa en qué quedó el súper alpha male Andy Murray tras lesiones y malas emociones. Luego maniobró con su gente en ITF y Monarca/CIA para el uso favoritista de la tecnología en el sorteo. El famoso algoritmo que disloca la neta:

dos rondas regaladas con las calificadoras Gatto-Monticone y Kaja Juvan, de 18 años; choques con las veteranas Julia Georges y Carla Suárez, esta última confesa de su trauma de jamás haberle ganado. Luego vino su pluma de vomitar, Alison Riske, verdugo de Vekic, Jorovic, Bencic y la mismísima Barty antes de caer ante la negra. Fue cuando ésta chocó con una de su mismo palo y con gran posibilidad de llegar, la checa Barbora Strycova, quien no pudo y de puro coraje ganó Wimbledon en dobles de damas.

Siguiendo con el movimiento en el ranking, entre las alternativas destaca el avance de Qiang Wang (14) y Petra Martic (20), así como de Amanda Anisimova (23) y Sofia Kenin (27). A punto de salir de las 30 mejores se encuentran las españolas Garbiñe Muguruza y Carla Suárez, a las que tan solo les separan 23 puntos. Carlita la librará, pero váyase diciendo adiós un buen rato a la Mugu.

 

Las mejoras más notables de la semana han sido las protagonizadas por Barbora Strycova (del 54 al 32), Alison Riske (del 55 al 37) y Lauren Davis (del 95 al 71). Sin embargo, ninguna de ellas ha podido superar la importancia relativa que cobran los 25 puestos ganados por parte de la millennial checa Karolina Muchova, que se coloca 43 del mundo, y de la brasileña Beatriz Haddad-Maia, que logra meterse en el top 100. A dicho selecto grupo también accedió la japonesa Misaki Doi, campeona del torneo de Bastad. Entre las más perjudicadas se encuentran la coscolina Eugenie Bouchard, actual 95 del mundo así como Jelena Ostapenko, que pierde 42 posiciones, su simpatía infantil y ya es 79 del ranking. Preciosa, la española Paula Badosa requiere de 173 puntos para entrar a la élite. Le hace falta al tenis que dejó caer Muguruza.

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