El que debió ser un bonus disc y que acabó cobrándose como nuevecito, reúne según eso la totalidad de las rolas creadas durante el viaje que significó “Egypt Station”. Van desde las grabadas en estudio, donde destaca la versión larga del hit original de “Egypt…”, la sorprendente 'Get Enough', hasta shows en vivo capturados en conciertos de lo que va del año en Abbey Road Studios, en la aún viva y emblemática The Cavern y hasta en Grand Central Station.
LA PERRA HA VUELTO
“¿Cómo fue tu infancia, Elton?”, pregunta Sebastian Rich en la introducción al Soundtrack Original de “Rocketman”, el cacareado biopic de Sir Elton John quien responde, en voz de Taron Egerton, con chicas del coro y todo:
I was justified when I was five
Raisin' Cain, I spit in your eye
Times are changin' now the poor get fat
De hecho, la película arranca con la llegada de su protagonista a una reunión de alcohólicos anónimos que servirá como hilo conductor para repasar diferentes etapas de su vida. Sin embargo, son las canciones las que sirven para hacer avanzar la trama en lugar de servir como un hecho aislado más o menos memorable. El primer súper número musical, “Saturday night is allright for fighting”, resulta ambientado en un pub victoriano, y no en las entonces nacientes discotheques o de plano en las calles, como lo muestra el cover que a la rola le hicieron The Who.
Y es que Rocketman se aleja mucho de los mejores biopics de artistas musicales de la historia del cine: Bird (1988), sobre Charlie Parker; Last Days (2005), sobre Kurt Cobain; I’m Not There (2007), acerca de Bob Dylan; Control (2007), la vida y muerte de Ian Curtis (Joy Division); The Runaways
TENIS, CINE & ROCK AND ROLL
Página del Oscarito, para leer sin prisa.
LETO, ROCK RUSO DE LOS OCHENTAS / ROCK “SOVIETICO EMERGENTE”.
Contraplano, Monterrey
La acción de “Leto” se ubica en Leningrado, en los albores de la década de los 80. La Unión Soviética se prepara para los cambios políticos y sociales que les depara la Perestroika.
Los jóvenes luchan por liberarse, y el rock es una expresión de rebeldía, aunque todavía no puede superar los estrictos controles de la censura y el decoro, que demandan las aburridas autoridades que se escandalizan con expresiones que pueden inquietar la moral y las buenas costumbres.
El director Kirill Serebrennikov extrae, dentro de este rígido universo, a una banda que quiere despegar. Sus integrantes son muy buenos músicos de la escena underground urbana, pero no se les permite ir más allá en sus temáticas y actuaciones. La contradicción es completa: el rock es anarquía y a estos jóvenes se les demanda orden y respeto al público.
Con una maravillosa fotografía en blanco y negro, el realizador sigue a estos aspirantes a estrellas que tienen sus propios dramas, sus rituales y sus esparcimientos de desenfreno, buscando libertad, identidad, destino. El líder es Mike (Roman Bilyk), casado con la bella Natasha (Irina Starshenbaum), que alienta sus sueños de éxito, y lo acompaña en las tocadas y en sus intentos por grabar un disco. Hasta que aparece, como nuevo integrante Víktor (Teo Yoo), un trovador con nuevas ideas e intenciones poéticas bastante serias. La llegada del guitarrista altera el equilibrio del grupo. La tensión es creativa y erótica. Se está formando un triángulo amoroso.
Serebrennikov rinde un tributo dorado al RockandRoll de todas las épocas y honra a los primeros músicos que abrieron brecha para toda una generación en la URSS. Coincidentemente, en esa época se había inventado el videoclip. MTV cambiaría la concepción de la música para siempre. Aquí se juega con la ensoñación en forma de video. Lo que los muchachos no pueden hacer en escena lo hacen en la imaginación, alucinando cómo serían sus actuaciones, cómo se verían dramatizando sus letras, en escenarios impensados y con manipulación visual como recurso estilístico.
Aunque la cortina política está presente como trasfondo permanente, la
película se deriva más hacia la contemplación de una época ida, con todas las
vicisitudes por las que pasó la chaviza que anhelaba libertad. Hay una gran
dosis de nostalgia en el génesis de un gran movimiento que se fermentaba en
el enorme territorio soviético. También hay ingenuidad por la presencia de
figuras aspiracionales, como Lou Reed, David Bowie, The Doors y otros grandes
nombres a los que querían imitar.
“Leto” es una bella cinta que explica cómo fueron los primeros años del rock
pop en el otro extremo del mundo.