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KING CRIMSON: LA REALEZA LLEGA DE NUEVO A MEXICO AL FERVOR POR SUS 50 AÑOS.

Oscar Rodríguez Gómez

 

No obstante el dejo de amargura, hay que apreciar a King Crimson como una gran rama en el árbol de la música, transversal durante 50 años de historia, donde convergen grupos clásicos de rock progresivo, sin que Crimson se deje clasificar en tal subgénero. El mejor guitarrista de todos los tiempos -se comió lo mismo a Django que a Shankar o a Segovia y hasta el aliento de Parker-, Robert Fripp, es el único constante en el lineup de una banda que ha hecho un largo viaje que comenzó con el debut “In the Court of the Crimson King” (1969), sentó las bases del progresivo y mucho más allá durante los años 70 con siete álbumes de fábula.

 

Luego Crimson evolucionó en los años 80 hacia un sonido anudado, polirítmico y antimelódico con Discipline (1981) y Three of a Perfect Pair (1984), para mutar hacia un sonido definitivo de jazz-metal con THRAK (1995). Con la llegada del nuevo siglo y sus esquizoides, el sonido de las esferas queda como su dimensión particular, la del cambio perpetuo.

 

 

 

King Crimson se presentará en México con una formación

autoproclamada como una “bestia de siete cabezas”, la cual,

en una epítome de la hipérbole instrumentista, incluye a tres

bateristas. Ya en sus 73 añitos, Fripp no sólo es el miembro

vitalicio de la banda. Él es King Crimson, y la leyenda podría

terminar en esta gira. Por ello, los cultistas se han

desbordado para justificar cinco fechas en el Metropolitan.

Finalmente, este gusto adquirido se disfruta mejor en vivo e

incluirá material de 12 de sus 13 álbumes de estudio durante aproximadamente tres horas, incluidas muchas de las canciones de su álbum de 1969, “In The Court of the Crimson King”, descrito por Pete Townshend (The Who) como “una misteriosa obra maestra".

 

Desde su gira de 2017 “Radical Action”, la agrupación (incluido Fripp como “uno más”) está constituida así:

 

Tony Levin (73 años). Prestidigitador de un instrumento vertical de 10 cuerdas llamado Chapman Stick. Este prolífico músico ha tocado en conciertos de Pink Floyd, Peter Gabriel, John Lennon, Lou Reed, Laurie Anderson y Tom Waits, nada más.

 

Gavin Harrison (56 años). Baterista de influencia jazzística que también ha sido parte de Porcupine Tree, banda evidentemente influida por King Crimson, está sí netamente progresiva.

 

Mel Collins (71 años). Un saxofonista y flautista que ha vivido para el Rock al formar parte de Camel y Alan Parsons Project; además, puede presumir haber tocado el sax en “Miss You” de The Rolling Stones en 1978.

 

Bill Rieflin (58 años). El baterista y tecladista que aportará el lado de ruido industrial a King Crimson, dado su trasfondo como músico en Ministry y Nine Inch Nails. También tocó en R.E.M. tras la partida de Bill Berry en 1997.

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Por quinta ocasión, en el contexto de la fiebre cincuentenaria que desde 2017 campea en el Rock y su historia impresa analógica y digital, la inaprensible, inclasificable y quizá imposible banda King Crimson celebra en CDMX. ¿Qué atractivo mágico tiene la horrible urbe más poblada del planeta para Robert Fripp y su fluctuante compañía?

 

No recuerdo si era Toni Sarquiz o Jordi Soler con quien pude colarme a la suite del guitarrista-dios dizque para tres minutos de entrevista. Terminaba el siglo y el WTC aún daba espacio al “Hotel de México” y sólo huéspedes VIP. La salota del recinto carecía de algo más que tres o cuatro sofás para apoltrone. El central, apuntando a enorme ventanal por el que se contemplaba el infierno multicolor de avenida Insurgentes, lo ocupaba Su Santidad, absorto en su mirada de las “Pictures of a City”, rola primera de “In the wake of Poseidon”

 

Ni una palabra. Ni un gesto. Apenas la dulzura hipersabia de una leve sonrisa de don Robert al llegar, ver, y salir los patéticos humanos preocupados por lo que traería el mañana. Este 23 de agosto de 2019, a veintitantos años de aquella entrevista en mutis, Robert Fripp regresa a su CIUDAD favorita, la más desmadrosa, cruel e incompasiva del mundo. CDMX, la capital de los esquizoides del siglo XXI.


Con King Crimson hay que adentrarse más allá de su evidente pedantería: su música es cerebral, intrincada y virtuosa al grado de convertirse en una obra “de músicos para músicos”, en la cual se celebra la técnica y las soluciones extravagantes para salir de sus propios laberintos rítmicos a cinco octavos.

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Robert Fripp (73 años). Leyenda y líder intelectual de King Crimson, es un guitarrista sobrio y experimental. En su vitrina de colaboraciones tiene a Brian Eno, David Sylvian, Andy Summers, Peter Gabriel, David Byrne y tocó en el “Heroes” de David Bowie (1977).

 

Pat Mastelotto (63 años). El baterista americano ha estado asociado a grabaciones de XTC, Sugarcubes, Hall & Oates y Colin Edwin de Porcupine Tree.


Jakko Jakszyk (61 años). El guitarrista inglés es el actual vocalista de King Crimson. Entre sus colaboraciones, ha

trabajado junto a Dave Stewart y Level 42, además de varios proyectos laterales de Fripp.

 

King Crimson tiene un núcleo tradicional, pero desde que inició buscaron insertar nuevas técnicas acústicas, algo bastante adelantado para 1969. Ese núcleo se refiere a las múltiples influencias que tomaron para formar el CONCEPTO, que años más tarde revolucionaria a la industria musical: una agrupación de cualidades místicas y cognitivas que sobrepasan a la concepción humana de su propia condición, para exponenciarla…

 

Continuará después del concierto…

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