Destacada por su inteligencia mucho más allá de la cancha, brujita buena del discurso cáustico y bienhumorado, la checa Karolina Pliskova, número dos WTA del mundo arrancó con victoria el Dongfeng Motor Open Wuhan, necesitando dos sets contra la post milénica en ascenso Amanda Anisimova, para avanzar a los octavos de final.

 

Previamente, en Zhengzhou, Pliskova hizo un trabajo sólido hacia su primer título de la WTA en suelo chino, perdiendo solo un set y registrando una victoria sobre la sembrada 6, Sofia Kenin, en los cuartos de final y derrotando a Petra Martic en la final. Ansiosa de continuar su impulso en Wuhan, Karo hubo de tocarse el corazón rococó que muestra en el Jet Set ante la adolescente al otro lado de la red. La consentida Amandita Anisimova, jugaba su primer torneo desde Cincinnati, perdiéndose el US Open por cuestiones luctuosas familiares.

 

Amanda mantuvo una ventaja de break en ambos sets, comenzando cada uno

2-0, pero la ex uno del mundo disparó 33 ganadores y seis aces en camino a su

quinto triunfo consecutivo en China. Pliskova reclamó victoria por doble 63.

 

"Creo que hubo un poco de todo en el partido", dijo Pliskova a wtatennis.com

después. “Por supuesto, el comienzo fue muy lento para mí. Mucho tiempo de

espera, así que creo que estaba un poco, no con sueño, pero realmente no

estaba allí. Después, creo que no fue un mal partido. En algunas partes creo

que estaba jugando un buen tenis desde la línea de fondo. En realidad me

sentí bastante bien, pero también fue el primer partido nocturno para mí. Fue

un poco diferente, las condiciones, para mí. Solo necesitaba algo de tiempo

para acostumbrarme".

 

"Fue un estrés diferente llegar a Wuhan en los últimos años, porque estaba jugando este torneo y todavía no estaba seguro de si me clasificaba para las Finales de la WTA o no", dijo Pliskova. "Así que ahora estoy tratando de estar más relajada”, dijo Karo mientras le confirmaban lo anunciado una semana antes: por

cuarta temporada consecutiva, Karolina Pliskova será uno de los rostros fijos en el último torneo de la temporada, en el WTA Finals que este 2019 se traslada a Shenzen.

 

La checa, que acumula cuatro títulos este curso, ha vuelto a ser una de las mejores del año, competitiva en cada una de las superficies y en su lucha constante por recuperar, ahora un buen rato,  el número Uno del mundo. En un pequeño reportaje para la WTA, la de Louny explica el alivio de tener ya amarrado uno de sus principales objetivos, además de su experiencia como ‘entrenadora’ y la llegada de Olga Savchuk a su equipo de trabajo.

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“Creo que esta es la ocasión en la que más rápido me he clasificado. La sensación es diferente al verme sin esa presión, por lo que a partir de ahora intentaré divertirme un poco más. Por otra parte, pienso que esa presión que solemos arrastrar también me ayudó muchas veces a mantenerme alerta y desarrollar mi mejor tenis. Recuerdo ganar casi obligada el WTA Premier de Tokyo en 2018 porque, si no lo ganaba, no me clasificaba”, asegura.

Tres torneos para acabar la temporada y la sensación de haber hecho bien su trabajo, son las positivas vibraciones que transmite la campeona. “El tiempo dirá si la ausencia de presión me permite hacer las cosas bien o incluso mejor de cómo lo hice el año pasado. En 2018, tanto Wuhan como el Abierto de China