Como aquí previmos, es una genuina tercia de Reinas las mexicanas libres de federativos que van por recuperar los rancios recuerdos de perdidas glorias. La mañana del primer día de choques en el Lawn Tennis de la Exposición, sede tenística de los Panamericanos de Lima, Marcela Zacarías y Renata Zarazúa se adjudicaron sendos triunfos en modalidad de singles sobre sus pares de Argentina y el Pais anfitrión.

 

Muy por encima del rincón al que inmencionables pantalón largo -por aún menos

decibles fake news- confinaron al orgullo de San Luis Potosí, Marcela Zacarías ha

retornado por sus fueros y arroparse con Renata y Giuliana Olmos para otro

renacimiento de su carrera, y ante los ojos de un mundo más competitivo virtual y

presencialmente.

 

Con un portal bastante eficiente, pero con “capital humano” bastante lejos de la  

educación cosmopolita que requieren los cronistas del arte/deporte, la información

del magno evento continental adolece de exagerada falta de celeridad en las

crónicas, por lo que -mientras los reporteros terminan de escribir- los números

explican los acontecimientos en los que este lunes los colores patrios de México volvieron a brillar en una justa de clase mundial.

 

Marcela Zacarías chocó con una rutinaria asistente a cuanto ITF se le ponga enfrente, pese a sus 26 añitos y 9 en el circuito. La albiceleste Catalina Pella, especialista en dobles (783 WTA) llegó en 2016 a jugar la qualy en US Open, donde de volada perdió pero tuvo un gran encuentro con su hermano, el tenista Guido Pella, obviamente la inspiración de Caty.

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