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CON HEATHER WATSON REINA DE ACAPULCO, EL TENIS FEMENIL ANUNCIA INNOVACIONES PARA LA NUEVA DÉCADA.

Oscar Rodríguez Gómez
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“¡Objetivo cumplido!” dijo por vigésima vez el gordo Zurutuza ante el pleno de ricotes del estado, de Estado y de los de verdad, en el cierre de la rama femenil del Abierto Mexicano de Tenis que se jugó en Acapulco. Con errores en la presentación, sin un atisbo del glamour que ha caracterizado al podio, la mexicana tan norteamericana que se unió a una gringa para ganar la Pelota de Plata, Giuliana Olmos, pasaba con su partner Desirae Krawczyk a mostrar que México no se iba con las manos vacías, pese al declive terminal de la fugaz Renamanía que prevaleció en Mundo Imperial media semana.

 

Tras el sueño gregario tan mexicanote, la tenista británica Heather Watson

logró una importantísima victoria al anochecer el sábado 29 de febrero de

este año bisiesto en Acapulco, alzándose con la Pelota plateada que se le negó

a la “ya merito” mexicana Zarazúa, de noble estirpe. En el mundo real, Watson

tuvo que vencer a una durísima rival que jugó como si fuera una

experimentada competidora, a pesar de tener 17 años y estar en su primera

final del circuito WTA. La multimestiza que juega por Canadá, Leylah Annie

Fernández le complicó la vida, pero la mayor experiencia de Watson la sacó a

flote y ganó por parciales de 64, 67 (8) y 61, tras 2:46 horas de partido.

 

Es el cuarto título en su carrera para Heather. 2016 en Monterrey; 2015 en

Hobart y 2012 en Osaka, previamente y este, el primero en singles en Acapulco, ya que en dobles fue campeona aquí en 2018, al lado de la alemana Tatjana Maria. Preclasificada 7 y 69 del ranking, Watson consiguió además su tercera victoria sobre la canadiense, a quien venció en las semifinales de Vancouver, en 2019 y en la segunda ronda del torneo de Quebec, en 2018. Tan chiquita la Leylah y ya tiene némesis.

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Tras el encuentro, la nueva reina acapulqueña, morenaza, muy cumplida con su madre de Nueva Guinea, hermosa anciana muy a gusto en el box de los jerarcas WTA, compareció de inmediato ante los medios de comunicación, ya que la final Nadal-Fritz apremiaba: “Estoy muy contenta de poder salir como campeona y poder sumar mi cuarto título como profesional. Han pasado ya algunos años del último que logré, precisamente también en México. Hoy ha sido un encuentro muy igualado, donde ambas hemos tenido momentos de gran brillantez y otros que no tanto. En el segundo set llegué a tener hasta bola de partido, pero Leylah jugó sensacional y forzó la tercera manga. Yo mantuve la calma y eso me sirvió para ganar el tercer set y el partido", manifestó la británica.

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Heather Watson pasará a la historia como la última campeona en el estadio Mextenis en el Abierto Mexicano de Tenis Telcel, presentado por HSBC, que el próximo año tendrá nueva casa. Pero la conquista no fue fácil. Heather, 10 años mayor que Leylah, aseguró el triunfo hasta el décimo match point que tuvo, ya que enfrente se le plantó una rival que devolvió todas las bolas y la obligó a jugar tres sets para poder quedarse con el trofeo.

 

Fernández, quien se presentó por primera vez en Acapulco, al que ingresó en el torneo de calificación, es la jugadora más joven que ha alcanzado la final aquí, y la tercera adolescente que llega a una final WTA en la temporada. Las otras fueron la cada vez más mujer Dayana Yastremska (19), en Adelaida, y Leonie Kung, en Hua Hin. El plus con el que llegó a la Perla del Pacifico, en una época en que las quinceañeras ya deshacen un top 10 en decline, fue seguir la tendencia -no hay que soslayarlo- inaugurada por Naomi Osaka, mestiza de japonesa y haitiano, en cuanto a la hasta ignorada determinación genética en la formación de jugadoras.

Leylah, se cantó toda la semana, es hija de filipino y papúa. Renata la mexicana

viene de tres generaciones tenísticas criollas.

 

La canadiense de silueta púber, notoriamente nerviosa a diferencia del día

anterior que no dejó pasar a Zarazúa, no pudo sostener sus dos primeros

saques (0-4), aunque pudo recuperar uno en el octavo, pero Watson no falló en

su oportunidad para cerrar el set en 43 minutos.

 

En segunda manga, aunque Watson tomó el quiebre de Fernández (3-0), la

canadiense comenzó a entrar en ritmo y niveló el encuentro. Así se

mantuvieron hasta que se fueron al tie break. Ahí Watson dejó ir cinco match

points cuando estaba 6-2 y Leylah le ganó cinco puntos seguidos para luego

ganar el set, en una gran demostración de entrega, sin la magia -en situaciones semejantes- de por ejemplo la recién retirada Caro Wozniacki. Nunca se dio por vencida y su determinación, y no momentos cuánticos, la hizo quedarse con el set cuando Watson envió una devolución por la línea de fondo.

 

En el tercer parcial Leylah sólo ganó aun juego y Heather Watson pudo, al fin, levantar los brazos en señal de triunfo.

 

Acapulco tiene una reina de genuina autoconstrucción y voluntad de poder. Su ausencia de glamour está equilibrada con su profunda bondad y hasta inocencia manifiesta en sus maduras formas discursivas. Estuche de monerías, digamos.

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Primera generación de migrantes ambas, miembras de la clase trabajadora, en Acapulco dieron cátedra al mundo de que no hay que derramar dinero familiar, sino trabajar la disciplina escogida no haciendo músculo, sino una neurokinetica que se puede entrenar...si se descubre a tiempo. Sin brillo de superstars, “humildes” podría decirse con visión mediática, Leylah y Heather optaron por Acapulco para destapar el tenis de la década. Monterrey, Indian Wells y Miami serán la primavera histórica del tenis de chavas.


Más que una conformista consolación, México se hizo presente en el cuadro de ganadores con la victoria de Giuliana Olmos, quien en pareja con la gringa   Desirae Krawczyk, conquistaron el torneo de dobles femenil. Quien sabe que

le estarán dando a la mexicoamericana, que de Fed Cup para acá no sólo consolida su jugar sino además sus formas. Campeona, feliz, agasajada por su público, por fin Giuliana se vio bastante guapa.

 

En la final disputada en el Grand Stand Caliente.mx, la dupla mexico-gringa se impuso en sets corridos al equipo integrado por la ucraniana Kateryna Bondarenko y la canadiense Sharon Fichman, con parciales finales de 63 y 76 (5). Desde el inicio del match, las ganadoras impusieron condiciones sobre la cancha, aprovechando la lesión en la pierna derecha de Bondarenko, quien jugó con una enorme protección en esa extremidad.

 

Olmos, de 26 años y número 75 en el ranking de dobles, y Krawczyk, ubicada en el sitio 40, sumaron un total de cinco rompimientos a lo largo del encuentro que se les complicó en la parte final. Con el marcador 6-5 y su servicio, Giuliana no pudo cerrar el juego y fue quebrada en su saque para definir en tie break. En el desempate, Giuliana y Desirae lograron los puntos clave para llevarse la victoria.

 

En cuatro finales disputadas, este fue el segundo título para Olmos y Krawczyk

en el circuito de dobles WTA. El primero fue el año pasado en Nottingham,

mientras que las dos derrotas fueron en Acapulco y Monterrey 2019. En el AMT

19 ya habían tenido la oportunidad de coronarse en Acapulco, pero cayeron

ante Victoria Azarenka y Saisai Zheng en dos sets.

 

“El año pasado estuvo muy duro. Esta vez nos fue un poco mejor, pues

tenemos un año más de experiencia y eso nos ayudó más; teníamos un poco de

nervios, pero intentamos disfrutar y pasarla bien en la cancha, creo que eso

nos ayudó en los momentos importantes. Este título es más especial que el de

Nottingham, porque es el primero que gano en México, siempre he querido

ganar aquí, estuvimos muy cerca el año pasado en Acapulco y Monterrey, pero

para mí es muy especial porque Desirae es una de mis mejores amigas y ganar con ella aquí es increíble”, señaló Giuliana Olmos, quien tuvo palabras de elogio para su compañera de selección nacional, Renata Zarazúa.

 

“Estoy muy orgullosa de Renata, le fue muy bien esta semana, por eso quería echarle más ganas para que me fuera bien a mí también; estuvimos hablando toda la semana para apoyarnos, lástima que perdió en semis pero le fue muy bien, es mejor que estemos como un equipo unido y apoyarnos siempre”.

 

De esta forma, Giuliana Olmos pudo terminar con una sequía de títulos de mexicanos en el torneo, desde 1995 cuando Leonardo Lavalle se coronó en dobles junto con el argentino Javier Frana. Mención especial para el maestro Leo, todo un crooner tenístico al micrófono, dedicado todas las transmisiones a promover la importancia del tenis en los niños, a animar a Renata y a la campeona en Fed Cup, Fernanda Contreras Gómez, a elogiar a San Luis Potosí -dirigió el tenis de La Loma un buen rato- como cuna de campeon@s y -también por fin- consolidarse en la locución mesurada, lógica y rebosante de información técnica e histórica complementaria, en vez del griterío histérico de los cronistas gregarios.

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