El que debió ser un bonus disc y que acabó cobrándose como nuevecito, reúne según eso la totalidad de las rolas creadas durante el viaje que significó “Egypt Station”. Van desde las grabadas en estudio, donde destaca la versión larga del hit original de “Egypt…”, la sorprendente 'Get Enough', hasta shows en vivo capturados en conciertos de lo que va del año en Abbey Road Studios, en la aún viva y emblemática The Cavern y hasta en Grand Central Station.
LA PERRA HA VUELTO
“¿Cómo fue tu infancia, Elton?”, pregunta Sebastian Rich en la introducción al Soundtrack Original de “Rocketman”, el cacareado biopic de Sir Elton John quien responde, en voz de Taron Egerton, con chicas del coro y todo:
I was justified when I was five
Raisin' Cain, I spit in your eye
Times are changin' now the poor get fat
De hecho, la película arranca con la llegada de su protagonista a una reunión de alcohólicos anónimos que servirá como hilo conductor para repasar diferentes etapas de su vida. Sin embargo, son las canciones las que sirven para hacer avanzar la trama en lugar de servir como un hecho aislado más o menos memorable. El primer súper número musical, “Saturday night is allright for fighting”, resulta ambientado en un pub victoriano, y no en las entonces nacientes discotheques o de plano en las calles, como lo muestra el cover que a la rola le hicieron The Who.
Y es que Rocketman se aleja mucho de los mejores biopics de artistas musicales de la historia del cine: Bird (1988), sobre Charlie Parker; Last Days (2005), sobre Kurt Cobain; I’m Not There (2007), acerca de Bob Dylan; Control (2007), la vida y muerte de Ian Curtis (Joy Division); The Runaways
TENIS, CINE & ROCK AND ROLL
Página del Oscarito, para leer sin prisa.
EL SOCIALISMO EN LOS ESTADOS UNIDOS.
Víctor Flores Olea | lunes, 17 jun 2019 LaJornada
El hecho es que sólo recientemente ha vuelto a surgir la pregunta de si es o no posible el socialismo en Estados Unidos. Pero el propio Bill Gates, en una reciente entrevista para la CNBC, dio a entender que las ideas socialistas defendidas en el congreso por el senador Bernie Sanders y por la representante de Nueva York Alexandria Ocaso-Cortez, del partido demócrata, no le preocupaban realmente. Bill Gates, no obstante se mostró abierto a discutir una mayor progresividad de los impuestos sobre ingresos, lo mismo que sobre los derechos sucesorios. Paradójicamente estas discusiones se llevan acabo cuando el Jefe del Ejecutivo es él mismo un billonario.
Precisemos que la apertura de Gates (o de Warren Buffett) se refiere más a un igualitarismo de carácter moral que a una transformación estructural del sistema, y se refieren por ejemplo a los costos extravagantes de las colegiaturas al nivel superior como del astronómico costo de los servicios de salud, de los médicos en general y de las medicinas.
Dicho en otras palabras, la perspectiva y el análisis sobre su propia sociedad no llevaron prácticamente nunca a los intelectuales de Estados Unidos a un análisis que tuviera que ver, aún remotamente, con los estudios historiográficos o sociales de los economistas, politólogos o filósofos europeos. Como todos sabemos los intelectuales del viejo continente ponían en juego su muy amplia tradición histórica, de siglos y
aveces de milenios, para imaginar las vías de desarrollo de la
sociedad actual. En definitiva, este espíritu realmente universal
los llevó por ejemplo, en el caso de Marx Engels y Lenin, a
considerar los movimientos sociales como un resultado de la
lucha de clases, otras interpretaciones muy distintas pero que
siempre partían de un amplio horizonte de conocimientos,
hicieron concluir a otros que los movimientos sociales se
debían más a factores religiosos o espirituales que a la
materialidad de los intereses económicos.
Conociendo bien la breve historia de Estados Unidos no
debiera sorprendernos demasiado que sus interpretaciones se
alejaran de conceptos como el de “lucha de clases” y tuvieran
más a la mano nociones como la de “ bien estar social”. Los trabajadores estadounidenses llegaron apenas a ese territorio en la segunda mitad avanzada del siglo XIX. Werner Sombart, el bien conocido sociólogo alemán, nos dice por ejemplo que la breve historia del proletariado en Estados Unidos explica la ausencia casi completa de tradiciones socialistas en dicho proletariado, y por supuesto también la muy limitada presencia de movimientos sociales que se reclamaran específicamente al socialismo. Sin duda era limitada la experiencia de la “lucha de clases” y faltaban otras que permitieran un análisis de la dinámica histórica con base en categorías filosóficas. Había sí las interpretaciones con base en creencias o principios religiosos, que habían desarrollado durante siglos y tal vez milenios los creyentes en las diferentes Iglesias.
Pero no se crea que hay una carencia total de literatura sobre el tema. Despues del libro de Sombras se ha desarrollado, dentro de las categorías de la sociología y de la ciencia politica en Estados Unidos, una abundante bibliografia sobre el tema de la ideología o de los principios básicos que definirían a los movimientos sociales en ese país, y la prueba es que ahora, en los tiempos electorales, surgen con más fuerza que nunca las preguntas acerca de la naturaleza de los movimientos políticos en ese país.
Es verdad que la pregunta sobre el socialismo se renovó radicalmente en la elección pasada de 2016, precisamente por Bernie Sanders, que también estará presente en la competencia electoral de 2020, presumiblemente contra Donald Trump y tal vez, de nueva cuenta, contra Hilary Clinton, o algún otro candidato demócrata que represente a ese partido en la justa electoral.
El tema, de cualquier manera, estará ya presente en la discusión del electorado de Estados Unidos en la justa de 2021. Por supuesto no pensamos, ni remotamente que llegó ya el tiempo de un cambio tan profundo que en esta ocasión se impondrá una ideología y un sistema tan alejado para los estadounidenses como el “socialista”, pero sí pensamos que el concepto, o la idea será en adelante una que se discutirá
ya cada vez más seriamente en la vida política estadounidense. Tal cosa es más probable en un país cuya ciudadanía ha conocido de primera mano lo que es vivir en un régimen gobernado por la extrema derecha, y por un personaje de la inestabilidad de su actual “Jefe” de las instituciones. En todo caso opino que el próximo tiempo electoral en Estados Unidos servirá cuando menos para despertar discusiones serias en materia política, no sólo por los profesionales del campo sino en los medios intelectuales más amplios y desde luego en las publicaciones de todos tipo.
En vista de la riqueza formidable de los Estados Unidos en materia intelectual, en muchas sus universidades y círculos de discusión, pensamos que será una oportunidad formidable para que el país entero piense a fondo en sus posibilidades organizativas, para que nos sorprenda con análisis nunca vistos en materia historico-cultural y político. Esperamos firmemente que esta esperanza no se frustre por la acción de los muchos fascistas que hay todavía emboscados en ese país, y que la acción de los liberales y de los hombres de pensamiento realmente libre terminarán por imponerse en esa gran nación.