El que debió ser un bonus disc y que acabó cobrándose como nuevecito, reúne según eso la totalidad de las rolas creadas durante el viaje que significó “Egypt Station”. Van desde las grabadas en estudio, donde destaca la versión larga del hit original de “Egypt…”, la sorprendente 'Get Enough', hasta shows en vivo capturados en conciertos de lo que va del año en Abbey Road Studios, en la aún viva y emblemática The Cavern y hasta en Grand Central Station.
LA PERRA HA VUELTO
“¿Cómo fue tu infancia, Elton?”, pregunta Sebastian Rich en la introducción al Soundtrack Original de “Rocketman”, el cacareado biopic de Sir Elton John quien responde, en voz de Taron Egerton, con chicas del coro y todo:
I was justified when I was five
Raisin' Cain, I spit in your eye
Times are changin' now the poor get fat
De hecho, la película arranca con la llegada de su protagonista a una reunión de alcohólicos anónimos que servirá como hilo conductor para repasar diferentes etapas de su vida. Sin embargo, son las canciones las que sirven para hacer avanzar la trama en lugar de servir como un hecho aislado más o menos memorable. El primer súper número musical, “Saturday night is allright for fighting”, resulta ambientado en un pub victoriano, y no en las entonces nacientes discotheques o de plano en las calles, como lo muestra el cover que a la rola le hicieron The Who.
Y es que Rocketman se aleja mucho de los mejores biopics de artistas musicales de la historia del cine: Bird (1988), sobre Charlie Parker; Last Days (2005), sobre Kurt Cobain; I’m Not There (2007), acerca de Bob Dylan; Control (2007), la vida y muerte de Ian Curtis (Joy Division); The Runaways
TENIS, CINE & ROCK AND ROLL
Página del Oscarito, para leer sin prisa.
LA ÉPICA ANGELICAL DE FLORENCE AND THE MACHINE.
Cesta Muñoz Valdez, Proceso 17 JUNIO, 2019
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Florence and The Machine es una maquinaria de sentimientos que hace volar a sus seguidores hacia alucinantes universos románticos con una inherente buena vibra rockera.
Catorce mil personas lo exploraron de tal manera la noche de ayer en el Palacio de los Deportes, gracias al carisma de la cantante londinense Florence Welch (Camberwell, agosto 28 de 1986) y un formidable engranaje junto a su hipnotizaste banda.
El reloj marcaba las 20:30 horas cuando emergió la enigmática vocalista Florence Leontine Mary Welch (su nombre completo) portando un holgado vestido transparente que la hacía ver como un hada, mientras se deslizaba descalza como una princesa hippie. Los berridos explotaron al unísono al igual que las lágrimas en chicos y chicas por ver aparecer a la celebridad inglesa, tan apoyada en sus inicios por la cadena BBC de su país. La apertura llegó con “June”, haciendo gala de un dulce rock pop con la genialidad de cada uno de sus músicos.
“Hunger” y “Ship to Wreck”, dieron paso veloz al recital en una fusión instrumental que sobrevolaba entre piano y arpa, generando épicas historias cobijadas con el angelical canto de la también autollamada Florence Robot.
Los acordes de “Only If for a Night”, “Queen of Peace”, “Patricia” y “Dog Days Are Over”, extendieron un firme paseo en el frenesí de la audiencia. Welch correspondió en todo momento la apasionada entrega, su rostro desprendía una sonrisa mientras recorría el escenario bailando sutilmente y levantando sus manos danzarinas hacia el cielo.
Una colosal pantalla central y un par en las laterales, fueron suficientes para generar un ambiente de misticismo, sintiéndose un intenso calor humano que humedecía los cuerpos que se arremolinaban en la pista central del Domo de Cobre.
El espíritu de los ritmos celtas retumbaron con “Jenny of Oldstones”, provocando locura masiva luego de ser el tema de Florence + The Machine dedicado al personaje de Arya Stark para la afamada serie televisiva Game of Thrones.
Una amorosa selección caló en los corazones de la audiencia
con cortes soul como “You’ve Got the Love”, en cover a Candi
Staton, siguiendo “The End of Love” y “Cosmic Love”.
El ocaso parecía llegar con “Delilah” y “What Kind of Man”, en
tanto sorprendió a los fans de mero enfrente al bajar del
entarimado, para saludarlos y dejarse abrazar por su sequito
que gritaba ferozmente con miradas lacrimosas. Florence
quedó conmovida de recuerdos, incluso le llegó como
obsequio a sus pies un libro en inglés sobre México, lo recibió
irradiando felicidad. El show de casi dos horas cimentó un
mosaico amoroso correspondido.
Luego de huida en falso daba continuidad para retornar con
“No Choir” y “Big God”, trazando la despedida para finiquitar la
travesía con “Shake it out”. Florence Welch, quien hacia 2017
sufrió profundas depresiones por un truene amoroso y episodios
de alcoholismo, desaparecía mágicamente como un ángel cuando eran las 22:15, dejando un halo de encantadores recuerdos en sus adoradores por rotunda noche de ensueño.