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LA PASIÓN SEGÚN SHARAPOVA.

Mariano Gombi
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N.R.- Desde antes de su cabalgamiento en la red de redes, aunque ya se leía en el portal “Urbania” y en la columna “Supertiebreak” del diario local El Heraldo, la redacción de TCR ha sido confesa cófrade de Maria Sharapova. Así que el lunes 26 de agosto, horribilisimo día de su decapitación en New York, la vida daba tremendo giro a una “R” (como decía Monsiváis el siglo pasado) que hasta ese momento estaba de plácemes.

 

Recién el viernes 23 la R asistía al estreno comercial de la 9T “Erase una vez…en Hollywood” en lo que fue el Real Cinema, en la esquina noroeste de Alameda Central en CDMX. Al día siguiente, en suntuoso desayunador de Polanco, reunión con internacionalistas (tipo la rola del extinto “Style Council”, de Paul Weller), tras de lo cual ponerse de karkís y vámonos al Metropolitan al arranque de los shows por el cincuentenario de King Crimson, gran honra para el Rock de los chilangos (en la motociclera provincia no se sabe de eso) y pregunta insondable del cariño de la mejor banda viva de la historia por CDMX.

 

Evidentemente, tras el show terminado cerca de medianoche, vino la tornaboda y

domingo salvaje, así que para el lunes negro en Flushing Meadows el nervio de la R

tronó. Incapaz de una ridícula objetividad, la R decidió suspender acciones y esperar

lo que también se esperaba, pero para bien.

 

Por lo anterior, la R confiesa que nunca podrá describir sobre los males de la tenista

rusa y agradece a uno de los pocos cronistas latinoamericanos de calidad

la inclusión del siguiente artículo. Tan subjetivo como los de TCR, pero sin la

obnubilación de la pasión.

 

¿LA PASIÓN ANULA EL DESEMPEÑO DE MARÍA SHARAPOVA?

Mariano Gombi

 

"He tenido un historial de un tendón en mi antebrazo izquierdo que se inflama ... no

es fácil ..." Maria Sharapova había mencionado que solo había una dolencia con la que

estaba plagada.

 

Esta temporada no le ha ido muy bien a Sharapova, ya que sufre de dolencias en los hombros. Fue en enero cuando tuvo que retirarse del Abierto de San Petersburgo y en febrero se retiró del Abierto de Miami para someterse a un procedimiento quirúrgico en el manguito de los rotadores.

 

También fue en mayo que se retiró de Roma con la misma lesión en el hombro.

Desde el comienzo, jugó bien durante algunas rondas y luego se retiró o debido a dolencias previas por lesiones que le hicieron no completar torneos. Incluso después de la primera ronda en Wimbledon con su encuentro con Pauline Parmentier, se retiró un juego antes del final del partido debido al dolor y la incomodidad después de un tiempo de espera médico durante el evento.

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"La conclusión es que creo en mi habilidad. Puedes descartarme ... siempre y cuando no sea la persona que está dentro de ti, estarás bien", dijo desafiante (y hermenéutica. La R)

 

Es cierto que la positividad es muy útil, pero de manera realista, si puede mantenerse sana, la seguirán grandes actuaciones en la cancha. En el caso de que su cuerpo ya no pueda soportar la presión de jugar tenis profesional, ganar y profundizar en los torneos puede ser un desafío mayor que cualquier oponente, veterano o no.

A pesar de las lesiones, Maria Sharapova todavía tiene la pasión de practicar el deporte que aprendió desde niña en Rusia. Ella jugó en el US Open de este año y fue emparejada con Serena Williams para la ronda de apertura.

 

Las cosas estaban bastante turbias para Sharapova ya que el primer set fue dominado por Serena Williams y solo pudo obtener un juego en el set. Si no fueron los servicios de voladura lo que hizo entrar a Sharapova, fueron los golpes de derecha y las líneas de precisión de Williams lo que resultó en la pérdida de la rusa en 6-1, 6-1.

 

"Ella ganó la mayoría de los puntos. Ahí es donde me lastimó mucho", había admitido Sharapova. No han jugado entre sí desde 2004 (¿? de la R) y con la rusa teniendo un enfrentamiento de 2-22 frente a Williams, los negativos estaban allí para el puesto 87 de la que solía estar entre las 5 mejores del mundo.

 

Pero la pasión y la intención de Sharapova todavía están ahí.

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