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¡IMPEACHMENT CONTRA TRUMP! DIFÍCIL QUE PROSPERE PERO EL PALO ESTÁ DADO.

Oscar Rodríguez Gómez con info RT.
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La Cámara de Representantes de EE.UU. ha tomado la excepcional decisión de comenzar una investigación oficial de juicio político (en inglés 'impeachment') contra Donald Trump, un procedimiento constitucional que podría resultar en una histórica destitución del presidente estadounidense. El siguiente desde el loco Dick (falo) Nixon.

 

El inicio de los trámites fue anunciado tras reportes de que Trump habría retenido la ayuda financiera a Ucrania con el fin de presionar a Kiev para que reabra una investigación de corrupción que involucra al hijo de su rival político, Joe Biden.

 

La presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, señaló que las acciones de la

Presidencia de Trump han revelado "hechos deshonrosos de la traición del presidente

a su juramento del cargo, la traición a la seguridad nacional y la integridad de las

elecciones". El proceso, no obstante, es complicado, extenso y requiere de un amplio

consenso tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado del país, de

mayoría republicana, cuyos miembros, en presencia de la Corte de Justicia

estadounidense, tendrían la palabra final sobre el futuro del mandato de Trump.

 

El proceso de juicio político en EE.UU. es largo, y su conclusión no implica la

destitución automática del acusado. La Constitución establece que el mandatario

puede ser separado de su cargo "al ser acusado y declarado culpable de traición,

cohecho u otros delitos y faltas graves". Para llevar a cabo el 'impeachment', se deben

seguir los siguientes pasos:

 

  • Cualquier miembro de la Cámara de Representantes puede presentar una

  • resolución, con los artículos (cada uno es una acusación) que considere

  • pertinentes, pidiendo la destitución del mandatario.

  • La Cámara de Representantes evalúa la resolución y esos artículos y pueden aprobar la destitución con mayoría simple (51 % de los legisladores).

  • Aprobado en la Cámara Baja, el proceso pasa al Senado. En esta instancia es donde se llevará a cabo el juicio formal contra el mandatario, pero bajo la presidencia del Tribunal Supremo. Miembros de la Cámara de Representantes actúan como fiscales y los del Senado como jurado.

  • Posteriormente, los senadores votan. En el Senado, se necesita el voto de dos tercios (67 de ellos) para condenar al mandatario por cualquier motivo.

  • En caso de condena, queda en la Presidencia el vicepresidente.

 

De acuerdo con ese proceso, Trump tiene ventaja en el Senado, donde quizás no avanzaría el proceso en su contra, puesto que la composición actual de esta cámara del Congreso es de 53 senadores republicanos, 45 demócratas y 2 independientes; es decir, se necesitarían unos 20 votos de su partido para destituirlo.

 

La Cámara de Representantes ha evaluado en pleno artículos de juicio político contra tres presidentes estadounidenses hasta la fecha, aunque solo dos mandatarios fueron sometidos al 'impeachment'. El primero fue Andrew Johnson, quien gobernó de 1865 a 1869; y el segundo, y también demócrata, Bill Clinton (1993-2001). Los demonios Bush, gene de mala estirpe, fueron los más populares candidatos al juicio, pero el cochupo yanqui-arabe lo impidió.

Andrew fue procesado luego de destituir a su ministro de Guerra, Edwin Stanton, quien se oponía a sus políticas, y fue acusado en la Cámara de Representantes por violar la Ley de Posesión de Gobierno al expulsar a ese secretario y denunciar que el Congreso no era apto para legislar sin los estados del sur. El entonces presidente se libró de la destitución por un solo voto en el Senado. Nunca pasó el asunto a mayores ni tiene importancia histórica.


En contraste, el impeachment a Clinton fue todo un acontecimiento Pop. El sicaliptico Bill fue sometido a esta instancia acusado de perjurio y obstrucción a la justicia, tras mentir sobre su relación con la internsexy de

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jugosa boca Mónica Lewinsky y, presuntamente, pedirle a ella que mintiera. Aunque el juicio prosperó en la Cámara Baja, no tuvo el mismo éxito en el Senado, donde apenas 45 votaron a favor de destituirlo por el primer cargo y 50 por el segundo, números bastante alejados de los 67 requeridos.

 

La investigación de impeachment también fue iniciada contra el mandatario republicano Richard Nixon (1969-1974), aunque no trascendió al Senado. Este, no obstante, ha sido el único proceso de juicio político que ha resultado en la salida de un presidente estadounidense, que en el caso de Nixon correspondió también a la primera y única renuncia de este cargo. Nixon DIMITIÓ a causa del monumental escándalo del Watergate, que estalló en 1972 después de que varios partidarios del entonces presidente irrumpieran en las oficinas del Comité Nacional Demócrata y robaran documentos pertenecientes al partido. El mandatario fue culpado de encubrir a los responsables.

 

Minutos después de la acusación e inicio de procedimientos, el pato Donald estalló, en el marco de la reunión de la ONU a propósito del Cambio Climático:

"Una jornada tan importante en las Naciones Unidas, tanto trabajo y tanto éxito, y los demócratas, a propósito, tuvieron que arruinarla y humillarla con más noticas urgentes [de] basura de 'caza de brujas'. ¡Tan malo para nuestro país!", declaró a través de su cuenta personal en Twitter el potus.

 

Dos días antes, en su cotidiano ataque de dragón soberbio, Trump emitió

una de sus quejas más antiguas ante Naciones Unidas: que es injusto que

nunca haya recibido el premio Nobel de la Paz. “Recibiría yo un premio

Nobel por muchas cosas si lo otorgaran de manera justa, pero no lo hacen",

se quejó. Luego comentó la sorpresiva entrega en 2009 de uno de los

premios más prestigiosos del mundo a su predecesor en la Casa Blanca,

Barack Obama. "Le dieron uno a Obama inmediatamente después de su

ascenso a la presidencia y él no tenía idea de por qué lo consiguió. ¿Sabes

qué? Eso fue lo único en lo que estuve de acuerdo con él", dijo Trump.

Obama recibió el premio Nobel de la Paz por sus "extraordinarios esfuerzos

para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre las

personas", a pesar de que acababa de convertirse en presidente.

 

En su delirio, el inquilino de la Casa Blanca ha afirmado que los demócratas "ni siquiera vieron la transcripción" de su conversación telefónica con el presidente ucraniano, que provocó el inicio de la investigación en su contra. Un par de horas después, la Casa Blanca publica la transcripción de la llamada telefónica entre Trump y Zelenski, el lider ucraniano.

 

En la plática, Trump intenta ahondar en los detalles en torno al proceso judicial cancelado en Ucrania que había involucrado a Hunter Biden, hijo del actual candidato demócrata a la Presidencia de EE.UU., Joe Biden: “La otra cosa, hay mucho de qué hablar sobre el hijo de Biden, que Biden detuvo el procesamiento [judicial] y que mucha gente quiere averiguar sobre eso", indicó Trump a Zelenski. "Así que lo que sea que usted pueda hacer con el fiscal general sería genial", añadió el mandatario en referencia al fiscal general estadounidense, William Barr.

 

En la llamada, fechada al 25 de julio, Zelenski por su parte afirma que en septiembre sería nombrado un nuevo fiscal ucraniano y que ese "candidato" de su selección "analizará la situación" comentada por el mandatario estadounidense. "Biden se jactó de haber detenido el proceso, así que si puede mirarlo... eso suena horrible para mí", indicó Trump.

 

Tras la publicación de la transcripción, el presidente norteamericano se ha referido al escándalo en torno a esta llamada y las últimas acciones referentes a Ucrania como "la mayor caza de brujas en la historia de EE.UU.", asegurando que la interacción con Zelenski no comprendió ninguna clase de presión. Según indicó una portavoz oficial, el Departamento de Justicia revisó el registro oficial de la llamada en agosto y determinó que "no hubo violación" del financiamiento de la campaña y que "no se justifica ninguna acción adicional".

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El texto surge tras reportes de que Trump habría retenido la ayuda financiera a Ucrania con el fin de presionar a Kiev para que reabra la investigación de corrupción que involucra a Hunter Biden, que fue miembro de la junta directiva de una compañía ucraniana de gas. La empresa, llamada Burisma, fue objeto de investigaciones de corrupción por parte de varios fiscales que periódicamente iniciaron y detuvieron los casos mientras Hunter Biden estaba en la junta directiva, lo que algunos señalan como uno de los varios ejemplos de poderosos oligarcas que habrían comprado el silencio del Gobierno. (Léase el monumental “El vendedor de silencio”, recientísimo de Enrique Serna, a propósito de similitudes mexicas).

A principios del 2018, Joe Biden se jactó de que durante la Administración de Barack Obama, en la que fungió como vicepresidente, presionó con éxito a Ucrania para que despidiera a su principal fiscal, Víktor Shokin, quien estaba a cargo de dicha investigación. Citando varias fuentes en el Gobierno ucraniano, The Daily Beast reporta que Kiev probablemente reabra los casos que Trump discutió con Zelenski, aunque no necesariamente en detrimento del rival político del orate de la Casa Blanca.

 

Al anunciar los trámites para el proceso de juicio político, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, calificó las acciones de Trump como "hechos deshonrosos de la traición del presidente a su juramento del cargo, la traición a la seguridad nacional y la integridad de las elecciones".

 

Y de volada, Hillary Clinton, la excandidata presidencial demócrata, también se pronunció sobre el escándalo: “El presidente de EE.UU. ha traicionado a nuestro país. Esa no es una declaración política, es una dura realidad, y debemos actuar", aseveró Clinton. "Es un peligro claro y presente para las cosas que nos mantienen fuertes y libres. Apoyo el juicio político", añadió.

 

Ya entrada la tarde de miércoles, el mandatario ucraniano Vladímir Zelenski afirmó que sobre su persona no surtirá efecto ninguna presión ejercida desde el extranjero. “Nadie me puede presionar, porque soy el presidente de un país independiente", aseveró Zelenski en respuesta a la indagación de un periodista de “Rossiya 24” previo a que este miércoles fuera divulgada la controvertida llamada telefónica entre ambos líderes.

 

“A mí solo me puede presionar mi hijo de seis años", recalcó el jefe de Estado ucraniano, muy machito pese a tener la bota de Putin en salva sea la parte.

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