El que debió ser un bonus disc y que acabó cobrándose como nuevecito, reúne según eso la totalidad de las rolas creadas durante el viaje que significó “Egypt Station”. Van desde las grabadas en estudio, donde destaca la versión larga del hit original de “Egypt…”, la sorprendente 'Get Enough', hasta shows en vivo capturados en conciertos de lo que va del año en Abbey Road Studios, en la aún viva y emblemática The Cavern y hasta en Grand Central Station.
LA PERRA HA VUELTO
“¿Cómo fue tu infancia, Elton?”, pregunta Sebastian Rich en la introducción al Soundtrack Original de “Rocketman”, el cacareado biopic de Sir Elton John quien responde, en voz de Taron Egerton, con chicas del coro y todo:
I was justified when I was five
Raisin' Cain, I spit in your eye
Times are changin' now the poor get fat
De hecho, la película arranca con la llegada de su protagonista a una reunión de alcohólicos anónimos que servirá como hilo conductor para repasar diferentes etapas de su vida. Sin embargo, son las canciones las que sirven para hacer avanzar la trama en lugar de servir como un hecho aislado más o menos memorable. El primer súper número musical, “Saturday night is allright for fighting”, resulta ambientado en un pub victoriano, y no en las entonces nacientes discotheques o de plano en las calles, como lo muestra el cover que a la rola le hicieron The Who.
Y es que Rocketman se aleja mucho de los mejores biopics de artistas musicales de la historia del cine: Bird (1988), sobre Charlie Parker; Last Days (2005), sobre Kurt Cobain; I’m Not There (2007), acerca de Bob Dylan; Control (2007), la vida y muerte de Ian Curtis (Joy Division); The Runaways
TENIS, CINE & ROCK AND ROLL
Página del Oscarito, para leer sin prisa.
EL GRITO, EN EL HUMOR DESMITIFICADOR DE IBARGÜENGOITIA.
Proceso 16 septiembre 2019
Con motivo del noventa aniversario del natalicio del escritor guanajuatense Jorge Ibargüengoitia (22 de enero de 1928), la agencia Apro publicó una breve reseña de su novela “Los pasos de López”, su última obra, escrita originalmente en 1981 con el título ‘Los conspiradores’ y publicada ya como se le conoce, en 1982. Aquí se presentan algunos fragmentos de la reseña que relata cómo el autor de otras obras como “Los relámpagos de agosto” y “Maten al león”, aborda la historia del movimiento de Independencia y a sus personajes.
Uno de los pasajes históricos fundacionales de la nación mexicana, el Grito de Independencia que la madrugada del 16 de septiembre de 1810 lanzó el cura Miguel Hidalgo en el pueblo de Dolores, es narrado por Ibargüengoitia en su novela “Los pasos de López”, con un humor desmitificador, ácido, divertido:
“Periñón descolgó la imagen de la Virgen Prieta que estaba en el cuadrante, arrancó tres palos del bastidor y amarró el cuadro a una lanza, convirtiéndola en estandarte.” Relata luego: “Cuando la iglesia se llenó, salió al presbiterio y gritó:
–¡Viva México! ¡Viva la independencia! ¡Viva la Virgen Prieta!
El pueblo le contestó: ¡Viva el señor cura Periñón!
Ni él gritó ‘¡vamos a matar españoles!’ ni matamos a ninguno aquella noche. Periñón abrió una barrica del vino que él mismo hacía y nos dio a probar. Estaba agrio. Después dispuso guardias y nos fuimos a dormir.”
Pero la intención de don Jorge no fue provocar risa. Así lo explicó al reportero René Delgado, en la entrevista publicada en el semanario Proceso el 24 de diciembre de 1977, incluida en el libro “Los escritores”, editado por el propio semanario en 1982:
“Mi interés nunca ha sido hacer reír a la gente, en lo más mínimo. No creo que la risa sea sana, ni interesante, ni que llene ninguna función literaria. Lo que a mí me interesa es presentar una visión de la realidad como yo la veo. Ahora bien, esa visión (ya me he dado cuenta y no me parece insultante) es una visión cómica por lo general, pero esto no quiere decir que yo tenga un compromiso con el público de hacer reír, ni nada. Tan sólo es una visión, una manera de ver las cosas y yo la presento, como la siento. Ahora, que es chistosa, pues sí, por lo general. ¡Vaya!, pero no me siento comprometido ni con la risa, ni entregado a ella y no creo, ni siquiera, que la risa sea buena.”
A propósito del humor del autor de “El atentado”, el fallecido escritor Federico
Campbell opinó también en las páginas del semanario Proceso, en diciembre de
1983: “El sentido del humor de Jorge Ibargüengoitia –no involuntario, sí producto
de esa elaborada naturalidad de la literatura– parece proceder de un escritor
malhumorado o por lo menos de alguien que no hace ostentación de su alegría de
vivir. Sin embargo –y pocos disentirán de esta opinión–, el suyo es un humor más
cerca del negro que del blanco. Podrá discernirse incluso un tono ibargüengoitesco
del humor.”
El autor guanajuatense murió trágicamente en un avionazo rumbo al aeropuerto de
Barajas, en Madrid, España, el 27 de noviembre de 1983. Sus textos periodísticos,
dramatúrgicos y libros en los cuales abordó la historia de la Independencia, de la
Revolución Mexicana, y del siglo XX quedarán para la memoria.