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CALAVERITA DE BUÑUEL EN MÉXICO. SE ABRE SU EXPOSICIÓN.

Oscar Rodríguez Gómez con info ElPais y LaJornada.
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La exposición “Buñuel en México”, inaugurada el miércoles 30 de octubre y disponible hasta el próximo 19 de abril en la galería de la Casa del Cine Mexicano, localizado en la calle de Uruguay número 52 del Centro Histórico de CDMX, reúne por primera vez más de 300 objetos –entre guiones, cartas, utilería y fotografías inéditas– que registran el paso de Luis Buñuel (Calanda, 1900 - Ciudad de México, 1983), por el México “donde se hizo profesional del cine”, según decía el genio español.

 

En la exposición, que tardó dos años en organizarse debido a la dispersión de los objetos, se pueden leer las cartas enviadas a Buñuel desde Cannes por el Nobel de Literatura, Octavio Paz, mientras gestionaba la proyección de “Los Olvidados” (1952) en el festival francés. También se pueden ver fotografías inéditas del cineasta vacacionando en los balnearios del Estado de Michoacán y otras de la búsqueda de locaciones para “Nazarín” (1959), entre réplicas del vestuario de “Robinson Crusoe” (1954) o de Los Olvidados. También se pueden analizar escenas de “Él” (1953) mientras se lee el guion y ver la Palma de Oro que ganó “Viridiana” en 1961. Todo seguido por un relato personal del director, que cierra la exhibición con la frase “México me hizo un profesional del cine. Antes era solo un aficionado”.


“Aquí aprendí el oficio”, comentó una vez el cineasta aragonés, quien hizo de México su segunda patria. En la muestra, el público se adentrará en las poderosas y desconcertantes imágenes, así como en momentos cargados de misterio y poesía feroz, recreados por Buñuel en 21 películas de producción mexicana –de las 32 que integran su filmografía–, como ‘Gran casino’, ‘Los olvidados’, ‘El gran calavera’, ‘Susana’, ‘El bruto’, ‘La ilusión viaja en tranvía’,

‘Subida al cielo’, ‘Abismos de pasión’, ‘Viridiana’, ‘Las aventuras de Robinson Crusoe’, ‘Nazarín’, ‘Él’, ‘El ángel exterminador’ y ‘Simón del desierto’, entre otras.

 

Durante el recorrido a través de 10 módulos, el visitante observará fotografías en gran formato y más de 300 piezas, entre objetos de utilería, premios y vestuario, en los que la vida de Buñuel se funde con su obra, sus anécdotas, su visión del cine, sus rigurosas convicciones creativas, sus obsesiones, el erotismo y su gran sentido del humor.

 

“Casi todas mis películas tienen el tema de la frustración. Burgueses que no

pueden salir de una habitación, gente que quiere cenar y todo se lo impide, un

tipo que desea asesinar, pero falla. Es la distancia entre el deseo y la realidad.

Intentar y fracasar, son algunas de las palabras de Buñuel que se citan en la

muestra, retomadas de correspondencia personal poco conocida, así como de

declaraciones vertidas en entrevistas.

 

La exposición “sigue de manera cronológica la producción de las cintas, desde

Gran casino hasta Simón del desierto; en un apartado final se aborda el

impacto en México de Buñuel en los años 60, así como su relación con los

intelectuales Carlos Fuentes y Octavio Paz, además del grupo de pintores,

como Alberto Gironella”, señaló Alejandro Pelayo, director del recinto.

 

Así, entre fragmentos de cintas restauradas, fotografías, accesorios, guiones originales, carteles, fotogramas, programas de mano, recibos de pago y publicaciones resaltan imágenes inéditas del acervo de Luis Buñuel: la Palma de Oro que obtuvo por Viridiana –prestada por Silvia Pinal– y utilería original, como el crucifijo-navaja usado en esa misma cinta. Además, se observan reproducciones de los vestuarios de los protagonistas El Jaibo, Viridiana y Robinson Crusoe.

 

También se recrea una escena de ‘Ensayo de un crimen’: en el fondo se ve un fotograma en gran formato de la cinta, al centro un maniquí de Miroslava Stern sin una pierna, la otra está tirada en el piso. Se agrega una nota que se presume dijo la actriz, belleza inaudita de origen checo que enloqueció en su época desde a Cantinflas hasta el mismísimo Buñuel: “Prometo hacer cualquier película con el señor Luis Buñuel, sin cobrar sueldo alguno, no importa el tamaño del papel”.

 

Acerca de México, el realizador precisaba: “Vine aquí forzado por las circunstancias, pero he llegado a querer a México cuando lo he conocido. Por lo pronto, y comparado con el resto del mundo, se respira en un clima de libertad, hay paz y puede uno dedicarse a su trabajo sin amenazas ni represalias, porque se piense así o asá. ¿No es esto maravilloso? Tiene muchos defectos, pero también grandes virtudes. Personalmente, ¿en qué nación me hubieran permitido hacer Los olvidados y Subida al cielo?. Me he hecho mexicano y pienso vivir siempre aquí”. Que tiempos aquellos, maestro Buñuel.

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