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ÁNGEL OLSEN DESLUMBRA DESDE UN ESPEJO APTO PARA LOS TIEMPOS MODERNOS.

Oscar Rodríguez Gómez
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La esplendorosa novedad del fin de semana fue la publicación del nuevo álbum de  Angel Olsen “All Mirrors”. Un disco del que ha adelantado ya dos temas, el que le da título, que vio la luz a finales de julio, y “Lark”, que lo hizo a mediados de septiembre. La estadounidense Angel Olsen, nacida en San Luis, Missouri, pero luego radicada en Chicago, se convirtió pronto, tras la publicación de su segundo álbum, “Burn Your Fire For No Witness”, en febrero de 2014, en uno de los iconos del neo-folk, facción indie.

 

Ya se había intuido que había en ella un gran potencial cuando en 2012 apareció su primer

álbum, “Half Way Home”, con sus referencias veladas al country de mediados del siglo

pasado, de la misma manera que también hizo con su debut, el EP de seis canciones

“Strange Cacti” (2011) donde evocaba a los grupos de chicas de los años sesenta tipo las

regenteadas por Phil Spector. Pero faltaba profundizar en ello. Es lo que hicieron las once

composiciones del citado "Burn Your Fire For No Witness", el primero que registró con

banda su particular conjura del pasado, pero buscando nuevas direcciones, convirtiendo

el anacronismo en algo gratificante, como si fuera la alumna más aventajada de Joni

Mitchell del momento.

 

Rompiendo la red que la protegía y dulcificaba, crespó más el vello. Aún fue más lejos

con “My Woman” (2016), su consagración y una obra que la aleja del indie, también la más diversa en cuanto a estilos musicales, considerada en numerosas listas de lo mejor del año. El 10 de noviembre de 2017 puso en circulación "Phases", una interesante colección de rarezas y caras B, que transitaba una especie de carretera paralela a la que había recorrido bajo los focos. Y enseguida, el turno para “All Mirrors”, su sucesor, un disco que nos mostrará una Angel Olsen vulnerable, cuya voz mezcla furia y una autoaceptación ganada a pulso mientras se adentra en sus territorios más góticos.

 

Concebido primero como un álbum de instrumentación más básica, fue grabado con el productor Michael Harris en Anacortes (Washington). Pero pronto derivó en un proyecto más ambicioso y maximalista, en cuya regrabación participó en algunas partes una orquesta de catorce músicos, con John Congleton como nuevo productor. Es lo primero que ha publicado desde “Phases”, con la excepción de sus colaboraciones en abril de 2018 con Jeff Ament y otros miembros de Pearl Jam en “Safe In The Car” y con Mark Ronson en junio de 2019 en “True Blue”.

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“All Mirrors es un disco sobre nuestra parte más oscura, sobre mirarte al espejo y perdonar lo que ves”, ha declarado su autora. “Para un artista el cambio debe ser una constante”, afirma Angel en la hoja promocional del disco, donde también comenta que “el drama es algo que rodea mi mundo, siempre ha sido así. Estoy feliz por haber aprendido a escribir sobre ello”.

 

Las primeras críticas aparecidas este domingo 6 no dejan lugar a la duda: “All Mirrors” está deslumbrando y es contendiente para álbum de la segunda década del siglo. "Si el tiempo es lineal, el cuarto álbum de estudio de Angel Olsen existe como un sorprendente viaje de 49 minutos que visceralmente te arroja hacia un final indeterminado: un espejo apto para los tiempos modernos" (Paste Magazine, London).

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