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ANA DE ARMAS, SEDUCCIÓN CUBANA PARA 2020: JAMES BOND 25 Y BIOPIC DE MARILYN LA CONSAGRARÁN.

Oscar Rodríguez Gómez
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El director venezolano Jonathan Jakubowicz vio un capítulo de “El internado”, thriller de la  televisión ibérica durante unas vacaciones en España y se empeñó en localizar a la actriz más destacada de la serie, Ana De Armas, para darle el papel de la mujer del boxeador panameño Roberto Durán en su biopic, “Manos de piedra”, junto a Edgar Ramírez y Robert de Niro.

 

De camino al aeropuerto para volar a Panamá, Ana de Armas fue abordada por un productor que quería presentarle “urgentemente” a Eli Roth, (de la cofradía de Tarantino y Rodríguez) quien le dio un papel en el thriller psicológico que destila sexo por doquier “Knock, knock”, junto a Keanu Reeves. El especialista en films SF, de terror y de mucha acción, congenió tanto con Ana que le ofreció participar en su siguiente película, “Exposed”. Y ahí fue cuando la atrapó CAA (Creative Artists Agency, la agencia de representación más importante de Hollywood) y Ana empezó a trabajar con la publicista Anett Wolf, quien también gestiona la imagen pública de Cate Blanchett, las gemelas Olsen o Cindy Crawford, cuando estaba buena.

 

Este noviembre de 2019, confirmada como protagonista del biopic

“Blonde” donde se hace portapiel de Marylin Monroe y con “No time to

die”, la secuela 25 de James Bond, a punto de estreno, Ana de Armas es

la actriz que España infravaloró y Hollywood abrazó. Se crió en una casa

sin vídeo, arrancó su carrera con 'El internado', la encasillaron como

chica guapa... y se hartó. Hoy, es de las intérpretes que más seducen en

Estados Unidos, y poco a poco al mundo. Una cascada de placer siempre

lista para su close up.

 

Criolla de cepa, nacida en La Habana, con arranque artístico en España y

a punto de consagrarse en Hollywood y por lo anterior con la doble

nacionalidad cubana y española, Ana de Armas fue bien recibida en La

Mecca del cine y ahora la crítica la ha destacado como la MVP ("most valuable player") de la cinta “Entre navajas y secretos” (“Knives out”) de Rían Johnson -muy criticado por su dirección de Star Wars VIII-, una comedia de misterio donde también son sospechosos de asesinato Chris Evans, Jamie Lee Curtis, Daniel Craig o Toni Collette.

 

Luego, es la nueva chica Bond en “Sin tiempo para morir”, entrega 25 de la saga más antigua del cine. Enseguida protagonizará junto a Ben Affleck la adaptación de Patricia Highsmith “Deep water”, que marca el regreso al cine de Adrian Lyne, director de “Atracción fatal”, tras casi dos décadas. Finalmente, por ahora, interpretará a Marilyn Monroe en “Blonde”, el biopic de Netflix basado en la novela de Joyce Carol Oates.

 

MINIBIOPIC DE UNA SEXY BOMB

 

En su casa de Santa Cruz Del Norte (Cuba), donde nació Ana en 1988, no había reproductor de vídeo, pero cuando vio la película “Matilda” en casa de su vecina se fue corriendo a recrearla para su hermano. Tras coincidir en una fiesta de cumpleaños con las hijas del actor cubano Jorge Perugorría, se enteró de que Manuel Gutiérrez Aragón estaba haciendo un casting en La Habana para “Una rosa de Francia”. El director la interrumpió en medio de su prueba para informarle de que el papel era suyo. Durante el rodaje, De Armas conoció a un representante español que le propuso trasladarse a Madrid. “En Cuba creces pensando que lo que tienes es todo lo que necesitas y que debes estar satisfecha con eso, pero yo siempre fui muy curiosa y, por qué no decirlo, ambiciosa. No teníamos amigos o parientes en Miami. España era mi única opción para salir de Cuba”, recordaría la actriz en entrevista para “La Vanguardia”.

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Así que cuando llegó el momento de promocionar “Una rosa de Francia” en España en 2006, De Armas, con 18 años, sacó su pasaporte y se mudó a Madrid sin terminar su formación en la Escuela Nacional de Arte de Cuba: si se graduaba tendría que pasar varios años prestando servicios sociales obligatorios. Ella pensaba que todos sus ahorros (200 euros) le darían para algo en Madrid, pero se los acabó gastando en helados y en donuts (en Cuba no tenía acceso a ellos), alojándose en casa del amigo de un amigo y presentándose a todos los castings que podía. El primero fue, una semana después de aterrizar, para la serie “El internado”.

 

 Lo que siguió ya es la historia de Ana en España, donde siempre se le trató como a una celebrity y ella, después de pedir que matasen a su personaje de “El internado” para poder hacer cine, se acabó aburriendo de que solo le ofreciesen papeles de adolescente sexy. En plena crisis económica, Ana de Armas aprovechó el final de su matrimonio de dos años con Marc Clotet, vendió todos sus muebles y se fue a Los Ángeles a estudiar inglés. Allí volvería a ser, según sus propias palabras, una "nadie" cuya mayor preocupación era aprender a distinguir los tiempos verbales presentes y pasados en clases de seis horas diarias.


Ya en manos de Anette Wolf, la cubana se pasaba las reuniones asintiendo sin entender una palabra de lo que decían, pero tenía clarísimo lo que no quería: “No

quiero hacer castings para las Juanas y las Marías. Quiero hacer los mismos castings que las demás actrices. Quiero crecer y quiero evolucionar y quiero tener personajes de más peso. Tengo a un equipo de agentes y abogados muy buenos y debo responder con un trabajo al mismo nivel. Si no eres así, allí no trabajan contigo”, explicaba en ICON en un reportaje en el que, de forma visionaria, posó emulando a Marilyn Monroe. ¿Sabría desde entonces que se metería en la piel de la leyenda?

 

Fue cuando en esa entrevista le cayó Todd Phillips, el director de “Joker”, a quien impresionó tanto como para cambiar la nacionalidad de su personaje en “War dogs” para adaptarlo a su acento. Tampoco tenía acento sobre el guion Joi, la COMPAÑERA VIRTUAL de Ryan Gosling en Blade Runner 2049, pero la actriz convenció al director Denis Villeneuve de que la contratase asegurándole que sería la última persona de la que tendría que preocuparse en ese rodaje. “Blade Runner 2049”mno le exigía estar particularmente en forma -aunque sí aparecía desnuda- pero Ana se autoimpuso una dieta y una tabla de ejercicio para ofrecer a la película la mejor versión posible de sí misma.

 

“Cuando llegas allí sientes que no encajas, que no eres lo suficientemente guapa, ni

rubia, ni alta, ni delgada, que no tienes buen acento. Desgastas tu energía en superar

toda una serie de handicaps que te ponen tanto ellos como tú a ti misma. Pero yo

quiero tenerlo todo y voy a intentarlo”, explicaba por aquel entonces en la revista

Fotogramas. Mientras se abría camino en Hollywood, los medios españoles la

describían en términos como “una joven de rostro dulce y mirada inquietante”, “tan

guapa que duele, de gesto tierno, mirada sexy y una figura con curvas que produce

vértigo” o “lo único que queda de esa colegiala que vestía el uniforme del Laguna

Negra (nombre del “Internado”) es esa mirada felina que atrapa a cualquiera con sus

intensos ojos verde miel”. La publicación The New Yorker, más aún, admiraba que

cada vez que aparecía en Blade Runner 2049 hacía “que el corazón imaginativo de la

película bombease más rápido”.

 

Ella misma ha confirmado que todas sus escenas, en especial las sexuales, de “Sin

tiempo para morir” (James Bond, otra vez con Daniel Craig, que se estrena en abril de

2020) están escritas por Phoebe Waller-Bridge. La autora de moda en Hollywood,

gracias a los tres Emmys que ha ganado por su serie “Fleabag”, fue contratada no

para hacer menos machista a James Bond sino para hacer menos machista a la

película. El próximo abril todo el mundo va a estar pendiente de cómo le va a hacer

007 en el mundo post-#MeToo, con Ana De Armas como su misión a cumplir.

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