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CON LA CANCELACIÓN DE WOODSTOCK 50, SON BARRIDOS LOS RESTOS DEL SIGLO XX.

Oscar Rodríguez Gómez
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Cuando se anunció que habría una edición por el 50 aniversario de Woodstock, uno de los eventos más importantes no solo en la historia de la música, sino de nuevas formas de convivencia humana con el bioentorno, mucha gente se prendió emocionada. Como se trataba de una ocasión especial (después del terrible fiasco que fue la última edición en 1999, por los 30 años), todos los proyectados asistentes esperaban tener un evento de calidad. Seis meses después del anuncio, el personal se quedó vestido y alborotado. Los rumores y la ansiedad han muerto. Es oficial: queda cancelado el festival Woodstock 50.

 

A través de un comunicado, Michael Lang, el co-fundador de Woodstock, confirmó la noticia durante el miércoles último de julio. “Nos entristece que una serie de contratiempos imprevistos hayan hecho imposible el festival que imaginamos con la gran alineación de bandas que habíamos reservado y el compromiso social que estábamos anticipando”, dijo Lang.

 

Antes de esto, hubo cambios importantes. El festival había cambiado

de sede y ya no se llevaría a cabo en el Watkins Glen, Nueva York,

como se tenía previsto, sino en Columbia, Maryland, además de que las

fechas programadas (16, 17 y 18 de agosto), se iban a reducir a un solo

día de música. Por si esto fuera poco, el evento iba a ser

completamente gratis, aunque con un fin benéfico, ya que al adquirir

las entradas (¿?) el público tendría que elegir alguna causa para donar

el valor de su acceso a Woodstock.

 

En realidad todo empezó por problemas entre la organización del

festival y el socio corporativo que les estaba ayudando a pagar a los

promotores, mismos tanto del evento cincuentenario como el del

aniversario. Al respecto, el co-organizador Greg Peck dijo: “La

desafortunada disputa con nuestro socio financiero y los procedimientos legales resultantes cambiaron nuestros planes. Teníamos pocas opciones para que nuestros artistas pudieran actuar. Trabajamos duro para encontrar una manera de producir un tributo adecuado, y algunos grandes artistas se mantuvieron durante la última semana para apoyar a Woodstock 50, pero el tiempo simplemente se nos acabó. Estamos muy decepcionados y agradecemos a todos nuestros seguidores. Los valores de paz y tolerancia del festival son más importantes hoy que nunca para todos nosotros, y miramos hacia el futuro buscando formas de honrar y celebrar estos ideales “.

 

Lo que pintaba para ser una de las celebraciones musicales más importantes del año, se convirtió en un evento mediático de dimes y diretes, negociaciones públicas y ultraprivadas y la mano de Trump que no cometería el mismo error que su similar Nixon. Contando con un excelente cartel y toda la vibra de Woodstock, tristemente tendrá que pasar mucho tiempo para que vuelvan a organizar un evento con el mismo tamaño y nombre. Adiós definitivo al siglo XX y la tradición del amor y la libertad completos.

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