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MUTISMO E INGRATITUD DE LAS WTA DURANTE EL DUELO POR MASHA.

Oscar Rodríguez Gómez
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Ignaras por naturaleza, concentradas en el cada vez más complejo planeta de su disciplina, con cubreojos laterales y zanahoria de récords por delante, los escasos testimonios de LAS compañeras de vestidores de Maria Sharapova acerca de su definitivo retiro hace diez días, están en marcado contraste con el Oh Yeah!!  generado cuando regresó al circuito en abril de 2017, después de una prohibición de 15 meses (reducido de dos años) por “comprobado” dopaje.

 

Las tenistas Top 10 de aquel momento, incluidas Simona Halep, Caroline Wozniacki y Agnieszka Radwanska -retirada también, con traición en su haber- criticaron la prisa de los directores de torneos, incluidos los oficiales de Grand Slam -excepción también traidora de Roland Garros- de otorgar la entrada sin comodín de Sharapova en sus eventos. Por ejemplo, la también (ya son dos) despedida forever Caro Wozniacki dijo entonces: "Siento que cuando un jugador tiene prohibido el consumo de drogas, creo que alguien debería comenzar desde abajo y luchar para regresar”. Aunque TCR siempre la ha respetado, el habla de las divas es inferior en significación a la de aún colegialas 15 años. La sintaxis de la danesa ida lo demuestra.


Aquel 8 de marzo de 2016 fue el principio del fin. Antes de su positivo, Maria Yurievna Sharapova era una competidora temida y admirada. Defendió el trono del tenis femenino durante 21 semanas, en un marco mitificado de rivalidad con Serena Williams que en realidad fue un espejismo, puesto que deportivamente no existió: 20-2 favorable a la

estadounidense. La mayor creación mediática de la historia del tenis, una “rivalidad” que estúpidamente recreaba la de la Federación Rusa de Tenis con la USTA. Mientras todas las tenistas migrantes (hoy vemos que van por la hegemonía) habían adoptado por diferentes razones la ciudadanía norteamericana, Masha -pese a radicar y hacerse millonaria en E.U.- jamás se hizo gringa ni dejó de bendecir a la Madre Rusia y jugar por ella.

 

Lo del “compló” al que se prestó (documentado) la ITF para destruirla a mediano plazo, como principio de la campaña de acusaciones contra todos los atletas rusos para bloquear su participación en las olimpiadas de Rio, ya está forever en la historia universal de la infamia. Y Serena Williams y el tenis de forzudas ocupan un lugar especial, como en círculo infernal dantesco.

 

No obstante, Masha elevó 36 títulos individuales (22 en dura, 11 en tierra y

tres en hierba) y añadió a su vitral otros méritos como el Magisterio Finals

WTA de 2004, su rol que llevó a Rusia a quedarse con Fed Cup 2008 y la

plata olímpica de Londres 2012, amén de todos los Grand Slams, Paris por

partida doble. Sin embargo, un malestar crónico en el hombro derecho la

azotó desde hace una década y ahora da un paso a un lado en el puesto

373, como polvo de aquellos lodos de lo que fue.

 

Mujeres volubles. Adolescentes, ahora casi niñas, inestables. Viejas

leyendas de rivalidad genuina, aún en pleitos de más de treinta años (Billy

Jean vs Margaret Court) y un top 10 sin rumbo y sin un emblema que

VENDA -Masha vive en realidad de su imagen, no de los premios

deportivos-, pero eso si, muy #MeToo y demás formas -legítimas o no- de

reactivar lo que la generación de hace más 50 años dio a luz en respuesta a la represión sexual, la alcoholización como modo de evasión y convivencia (oxímoron aceptable), la destrucción industrial del planeta, la guerra y, sobre todo, la opresión a las condiciones raciales y de género. Y hoy los grupos tan fácilmente moldeables por la misma volubilidad femenina, se presentan como innovadores…

 

El 26 de febrero, al día siguiente de la publicación del retiro de Masha, la única reacción mediática fue del número uno del mundo, Novak Djokovic, quien en un tono de “pudo haber sido peor” hizo la siguiente declaración:

 

"Su impacto en el deporte, no solo el tenis femenino, sino el tenis masculino, el tenis en general, fue excelente. Todavía lo es. Continuará estando presente porque creo que su marca supera sus logros de tenis. Ella tiene diferentes negocios. Sé que tiene la marca Sugarpova, y otras cosas diferentes. Es una chica muy inteligente, alguien que conozco muy bien desde hace mucho tiempo. Ella tiene la mente de una campeona, alguien que nunca se rinde. Ella lo ha demostrado especialmente en los últimos cinco años. Tuvo muchos obstáculos y dificultades, especialmente con sus lesiones y todo lo que tuvo que soportar para darse al menos otra oportunidad de jugar un tenis competitivo. Para alguien que ha ganado cinco Grand Slams y ha sido la número 1 del mundo, leyenda del deporte, no es fácil reiniciar de nuevo. Y lo ha hecho muchas veces en los últimos cinco años. Merece un gran respeto. Estoy seguro de que ahora siente un gran alivio. Definitivamente debería estar orgullosa de todo lo que ha logrado."

 

Menos de seis horas después, un genuino camarada de la beldad rusa -hasta torneo especial para ella le hizo, y ni así- se pronunció respecto al adiós de Maria.

Habla Rafael Nadal, dos del planeta:  “Desde muy jovencita se ha dedicado al máximo para cumplir sus objetivos, con lo cual ahora merece el derecho a decidir lo que le apetezca. Es un día triste para el tenis porque, al final, se va un icono que ha sido un referente para el deporte femenino, pero todos acabamos algún día”, expresó soltando todo.

 

“Ella ha dado mucho a este deporte. Más allá de todo, ha sido un ejemplo de pasión por el deporte. Al margen del éxito fuera de la pista, dentro se ha comportado con unas ganas y una profesionalidad muy grandes. Ha sido un buen referente”, le elogió Nadal, que hace un par de años compartió una sesión de entrenamiento con la rusa en la arena de Roma, aunque, no debe olvidarse, que en su día la reprendió públicamente tras el episodio de dopaje de la rusa: “Quiero creer que es un error de Maria, que no quería hacerlo. Pero, obviamente, fue negligente. Debe pagar por ello”, manifestó el balear hace cuatro años, si bien es cierto envió un mensaje de apoyo privado a su colega, con la que comparte el patrocinio deportivo de Nike y hasta torneo le hizo en Mallorca.

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Fue hasta el martes ya 3 de marzo que el portal PoB se puso macabro. En el balazo del titular -un análisis de la vieja leyenda Navratilova- se lee: “Martina Navratilova cierra la sucesión de OBITUARIOS* sobre la carrera de Sharapova con una fantástica columna en la web de la WTA. (*Obituario, según la Wiki, es un comentario de una noticia sobre una persona fallecida hace poco tiempo). Quizá por ello lo de “fantástica”.

 

"Sharapova marchó al ritmo de su propia música; nunca dejó de ser ella misma", escribe doña Martina tratando de entender y sintetizar la figura de quien ya se despidió del tenis, a sus 32 años. La antigua leyenda del tenis mundial escribe sobre Maria, y lo hace dando valor añadido para capitular los 'obituarios' -otra vez- tenísticos que se han sucedido estos días.

“Por encima de todo, Maria Sharapova fue una competidora", arranca diciendo Navratilova. "Intensa y feroz, como cualquiera que haya ganado tantos títulos como ella. Y si bien la competitividad está bien vista en los hombres y se considera una gran ventaja, las mujeres a menudo se despegan y desacreditan por ello. Puedo entender ese sentimiento, y creo que a veces fue difícil para Masha".

 

Un párrafo que explica bien quién fue Maria Sharapova en el circuito WTA: "Pero Sharapova nunca cambió quién era como persona, ni dejó de ser quien era como tenista solo porque a otras personas no les gustaba su naturaleza. Nadie la quería como rival; no quitaba el pie del acelerador ni por un momento. A lo largo de su carrera, Sharapova marchó al ritmo de su propia música: no estaba en el tenis para ganar concursos de popularidad, ni entre el público ni entre sus compañeros, y tal vez no siempre fue tan apreciada como podría haberlo sido, pero ella hizo lo que necesitaba para ganar, y le funcionó".

 

Para Martina, el síntoma de la competitividad de Maria se vio en arcilla. “Si bien Sharapova ganó Wimbledon a los 17 años, no creo que haya sido su mayor logro. En mi opinión, ese título de Wimbledon no fue tan impresionante como sus dos títulos en París. En sus primeros años, como jugadora de polvo de ladrillo se llamó a sí misma una "vaca en el hielo" por la forma en que se movía y jugaba en la superficie. En aquel entonces, su juego se adaptaba mucho mejor a las canchas duras y a la hierba que a la arcilla. Pero Sharapova continuó hasta que la tierra se convirtió en su mejor superficie. Esos dos títulos en Roland Garros fueron una ilustración de cómo Sharapova aprovechó al máximo lo que tenía y cómo adaptó su juego."

 

La lesión mermó su saque y eso condicionó sus últimos años, afirma la legendaria del siglo pasado: "Sharapova tuvo un gran servicio. Pero después de su cirugía de hombro, su saque nunca volvió a ser el mismo. Más que cualquier otra cosa dentro de su juego, ya sea su cuerpo o cabeza, su saque la hundió. Y cuando tu servicio no está para ti, realmente se desmorona el resto de tu juego, tanto física como emocionalmente". Ninguna mención política ni mediática. Sólo deporte.

En todo caso -continúa Navratilova- la rivalidad con Williams siempre estará presente y será recordada: "Sharapova será juzgada en parte por su historial contra Serena Williams. Desafortunadamente para Sharapova, puedes ser la jugadora mentalmente más dura del mundo, pero a veces habrá alguien con la que no encajes tan bien, y esa fue Williams. Ese enfrentamiento contra Williams nunca le favoreció, particularmente porque la estadounidense tenía un saque tremendo. Sharapova fue lo suficientemente buena contra todas los demás, pero Williams siempre tuvo algo más." Soslayo total a la documentada expresión de la negra tras de sus dos vergonzosas derrotas, donde se refiere a la entonces adolescente como “little bitch”.

 

Así que con toda la gama de grises en el historial

sharapoviano, no parece ni de lejos haber relevo para la gran

diva de la raqueta.

 

Contrariamente a su compatriota Anna Kournikova, quien

muy pronto cambió su vestido de jugadora por el de modelo,

Sharapova dejó una impronta en el circuito con resultados

espectaculares obtenidos a fuerza de ruidosa rabia, y supo

combinar como nadie (quizá la diosa Ana Ivanovic) su deporte

con el modelaje: es la tenista que más ha vendido con su

imagen en toda la historia del tenis hecho mercado.

 

Para concluir esta cuasi égloga, recientemente surgió la duda

sobre a qué se hubiese dedicado Maria de no haber sido

tenista. Y por obvias razones, muchos podrían pensar, como

primera opción, que la ganadora de 5 Grand Slams se habría subido a las pasarelas, las que desde los 18 años son su fuerte.

 

Pero una de las máximas figuras del circuito en los últimos tiempos aclaró esto en su propia web y sorprendió a muchos con su respuesta. Porque la otra actividad que la apasiona es la arquitectura.

 

Maria señaló que “probablemente en algún lugar de la arquitectura. Sí, en algún lugar de arquitectura o el diseño moderno. Realmente no he tenido tiempo de estudiarlo”, comenzó diciendo Sharapova.“Sin embargo, desde que era joven, me encantaban los diferentes tipos de edificios. Me encanta el aspecto creativo de muchas cosas, los bocetos, ver cómo se construye desde un boceto hasta algo real. Eso siempre me fascina”…

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