El que debió ser un bonus disc y que acabó cobrándose como nuevecito, reúne según eso la totalidad de las rolas creadas durante el viaje que significó “Egypt Station”. Van desde las grabadas en estudio, donde destaca la versión larga del hit original de “Egypt…”, la sorprendente 'Get Enough', hasta shows en vivo capturados en conciertos de lo que va del año en Abbey Road Studios, en la aún viva y emblemática The Cavern y hasta en Grand Central Station.
LA PERRA HA VUELTO
“¿Cómo fue tu infancia, Elton?”, pregunta Sebastian Rich en la introducción al Soundtrack Original de “Rocketman”, el cacareado biopic de Sir Elton John quien responde, en voz de Taron Egerton, con chicas del coro y todo:
I was justified when I was five
Raisin' Cain, I spit in your eye
Times are changin' now the poor get fat
De hecho, la película arranca con la llegada de su protagonista a una reunión de alcohólicos anónimos que servirá como hilo conductor para repasar diferentes etapas de su vida. Sin embargo, son las canciones las que sirven para hacer avanzar la trama en lugar de servir como un hecho aislado más o menos memorable. El primer súper número musical, “Saturday night is allright for fighting”, resulta ambientado en un pub victoriano, y no en las entonces nacientes discotheques o de plano en las calles, como lo muestra el cover que a la rola le hicieron The Who.
Y es que Rocketman se aleja mucho de los mejores biopics de artistas musicales de la historia del cine: Bird (1988), sobre Charlie Parker; Last Days (2005), sobre Kurt Cobain; I’m Not There (2007), acerca de Bob Dylan; Control (2007), la vida y muerte de Ian Curtis (Joy Division); The Runaways
TENIS, CINE & ROCK AND ROLL
Página del Oscarito, para leer sin prisa.
BAJA CALIFORNIA: ORDEN REPUBLICANO Y DEMOCRACIA.
Cuauhtémoc Cárdenas
En un albazo legislativo, 21 diputados locales –muy probablemente debidamente aceitados ($$)– votaron la prolongación de dos a cinco años del mandato del gobernador electo de Baja California.
Ha sido no sólo una maniobra sucia, sino que 21 diputados, en una sesión legislativa convocada al vapor y que puede decirse realizada en lo oscurito, están pretendiendo sustituir el mandato surgido de una elección democrática, declarada legal por la autoridad correspondiente. Los ciudadanos de Baja California eligieron a un gobernador que próximamente debe tomar posesión del cargo para desempeñarse en un periodo de dos años; 21 diputados de los partidos Acción Nacional, Morena, Revolucionario Institucional, del Trabajo, Movimiento Ciudadano, de la Revolución Democrática y Transformemos, pasando por encima de una elección y de la voluntad
ciudadana expresada en mayoría el pasado 1º de julio, decidieron regalar a su
gobernador electo tres años más de gracia en el cargo.
Con esta resolución se atropella la voluntad ciudadana, se viola la ley en su
espíritu y letra (por más que el voto legislativo se haya dado según
procedimientos establecidos en la ley local), se rompe el orden republicano y
se lesiona gravemente nuestra aún incipiente democracia.
La mayoría de los diputados del Congreso local y los partidarios de la
prolongación del mandato pretenden que se crea que se trata de una reforma tomada en beneficio del pueblo y el estado de Baja California. Pretenden hacer creer a la opinión pública que se trató de una sesión de Congreso como ha habido y habrá muchas más, que responde al sentir del pueblo bajacaliforniano, que hasta donde se sabe, la reforma, como se dice corrientemente, le pasó de noche. No se ha enterado de ella hasta que fue aprobada por la mayoría legislativa, que por haber procedido como lo ha hecho, pierde toda legitimidad, haciéndosela perder al cuerpo al que pertenece si no se revierte la reforma y si no se aplican las sanciones que procedan.
Resulta un fuerte insulto a la inteligencia que los 21 diputados quieran hacer a todo mundo creer que han actuado por el bien de sus representados. Si esta reforma llega a cobrar vigencia, en teoría sólo hay un beneficiado: el senador con licencia Jaime Bonilla, gobernador electo de Baja California. Aunque, claro, no puede sino pensarse (¿será?) que los 21 diputados son beneficiarios igualmente al haberse llenado ya manos y bolsillos. ¿Qué procede?
En un albazo legislativo, 21 diputados locales –muy probablemente debidamente aceitados ($$)– votaron la prolongación de dos a cinco años del mandato del gobernador electo de Baja California.
Ha sido no sólo una maniobra sucia, sino que 21 diputados, en una sesión legislativa convocada al vapor y que puede decirse realizada en lo oscurito, están pretendiendo sustituir el mandato surgido de una elección democrática, declarada legal por la autoridad correspondiente. Los ciudadanos de Baja California eligieron a un gobernador que próximamente debe tomar posesión del cargo para desempeñarse en un periodo de dos años; 21 diputados de los partidos Acción Nacional, Morena, Revolucionario Institucional, del Trabajo, Movimiento Ciudadano, de la Revolución Democrática y Transformemos, pasando por encima de una elección y de la voluntad
ciudadana expresada en mayoría el pasado 1º de julio, decidieron regalar a su
gobernador electo tres años más de gracia en el cargo.
Con esta resolución se atropella la voluntad ciudadana, se viola la ley en su
espíritu y letra (por más que el voto legislativo se haya dado según
procedimientos establecidos en la ley local), se rompe el orden republicano y
se lesiona gravemente nuestra aún incipiente democracia.
La mayoría de los diputados del Congreso local y los partidarios de la
prolongación del mandato pretenden que se crea que se trata de una reforma tomada en beneficio del pueblo y el estado de Baja California. Pretenden hacer creer a la opinión pública que se trató de una sesión de Congreso como ha habido y habrá muchas más, que responde al sentir del pueblo bajacaliforniano, que hasta donde se sabe, la reforma, como se dice corrientemente, le pasó de noche. No se ha enterado de ella hasta que fue aprobada por la mayoría legislativa, que por haber procedido como lo ha hecho, pierde toda legitimidad, haciéndosela perder al cuerpo al que pertenece si no se revierte la reforma y si no se aplican las sanciones que procedan.
Resulta un fuerte insulto a la inteligencia que los 21 diputados quieran hacer a todo mundo creer que han actuado por el bien de sus representados. Si esta reforma llega a cobrar vigencia, en teoría sólo hay un beneficiado: el senador con licencia Jaime Bonilla, gobernador electo de Baja California. Aunque, claro, no puede sino pensarse (¿será?) que los 21 diputados son beneficiarios igualmente al haberse llenado ya manos y bolsillos. ¿Qué procede?
Si hubiese moral y no estuviese detrás de la maniobra, que el senador con licencia y gobernador electo Jaime Bonilla declare públicamente su rechazo a la reforma y su compromiso de cumplir el periodo de dos años para el que fue elegido. Ni un día más.
• Que abandonen sus cargos los 21 diputados que votaron aprobando la reforma, sean política y, en su caso, penalmente sancionados, y sean ya sustituidos por sus respectivos suplentes.
• Aquellos facultados por la ley, individuos e instituciones, que interpongan los recursos que procedan para reclamar la anulación de la reforma.
• Que intervenga el Senado para restablecer el orden republicano y democrático en Baja California.
• Que los partidos políticos a los que pertenecen los 21 diputados que aprobaron prolongar el mandato del Ejecutivo local sean sancionados de acuerdo con sus respectivos estatutos.
Si esta reforma que amplía el mandato de un gobernador no se echa abajo, tanto en la ley como en la práctica, se estaría creando un grave antecedente para nuestra vida republicana y democrática.
Lo que han hecho los 21 diputados del Congreso bajacaliforniano no
representa un mal menor. Cualquier mayoría legislativa, debidamente
preparada para ello ($$), podría votar la prolongación o acortamiento de
mandatos de mandatarios en funciones o por entrar en funciones. ¿En
dónde? ¿Por qué no y desde ya en Tlaxcala, Sonora, Michoacán, Yucatán,
la Ciudad de México o cualquiera del resto de las 32 entidades de la
Federación? ¿Y por qué no suponer que el Congreso de la Unión pudiera
pensar en una reforma constitucional que facultara a los congresos de
todas las entidades federativas y a sí mismo para alargar o acortar
mandatos de funcionarios electos en cualquier momento, en los Poderes
Ejecutivo, Legislativo y Judicial?
Muy grave me parece que un miembro del partido mayoritario en Baja California, como el senador con licencia y gobernador electo Jaime Bonilla, pudiera prestarse a ser el beneficiario de una medida así. Muy grave me parece que la presidenta del partido mayoritario del país, que proclama la vigencia del estado de derecho y el riguroso cumplimiento de la ley, considere que prolongar por tres años el mandato del gobernador electo de Baja California es una decisión intrascendente, de cajón, de un Congreso local, como pudiera haber sido cualquier otra. La inocencia no es creíble en este caso.
El mandato de una elección democrática debe ser inamovible.